Peña Nieto se movía en avión privado; López Obrador en vuelos comerciales. El priista alquilaba el Estadio Azteca; López Obrador usaba el zócalo. Los asistentes a las reuniones del PRI eran trasladados en autobuses nuevos y recibían cuando menos un almuerzo si no una ayuda económica; los de la izquierda utilizaban vehículos viejos y terminaban incluso aportando recursos a la campaña. Hay, además, muchísimos testimonios que señalan que el PRI entregó enormes cantidades de regalos a los electores.
Como un simple ciudadano mi impresión es que la campaña electoral de Enrique Peña Nieto contó con recursos mucho más cuantiosos que la de Andrés Manuel López Obrador. La Unidad de Fiscalización del IFE, sin embargo, afirma que el Movimiento Progresista de Andrés Manuel López Obrador fue la única agrupación política que rebasó el tope de campaña de 336 millones de pesos.
López Obrador me decía ayer en una entrevista para Radio Red que su gasto de campaña fue de 233 millones de pesos, cantidad que recibió "a través de un acuerdo con los partidos". El monto se manejó a través de una cuenta bancaria establecida específicamente para ese propósito y no hubo gastos adicionales.
El informe de la Unidad de Fiscalización señala que el Movimiento Progresista manifestó en la carátula de su informe haber realizado un gasto de 286.2 millones de pesos en la campaña presidencial, más de lo que dice López Obrador, pero todavía cómodamente debajo del tope de 363 millones. Sin embargo, la simple suma de las facturas sometidas por la coalición asciende a 370.5 millones, ya por arriba del tope. De ese total, 189 millones fueron de gasto directo de la campaña de López Obrador y 181.4 millones de gasto "centralizado". Además del excedente por la suma de los documentos presentados por el Movimiento Progresista, la Unidad de Fiscalización ha encontrado otros gastos e irregularidades que llevan a un rebase de 62 millones de pesos en la campaña y a una multa de casi 130 millones de pesos.
El revire de López Obrador ha sido el esperado: "Es una maniobra burda del IFE para equipararnos con el corrupto de Peña Nieto" me dijo ayer. "Es obvio que Peña ejerció miles de millones de pesos, compraron millones de votos, y eso no fue visto ni sancionado por el IFE… Los señores del IFE son empleados de la mafia del poder."
El informe de la Unidad de Fiscalización se da a conocer días después de que el pleno del IFE rechazó --en votación dividida definida por el consejero Sergio García Ramírez, exsecretario general del PRI-- sancionar a este partido por los gastos realizados a través de tarjetas Monex. No es ilegal dispersar recursos a través de tarjetas electrónicas en vez de con dinero en efectivo, como siempre lo han hecho los partidos. De hecho, es una forma mucho más transparente que debería ser obligatoria. Pero nadie puede cerrar los ojos al hecho que el PRI utilizó empresas fantasmas para contratar el servicio. Hay dudas muy serias, por otra parte, sobre si realmente los 66.3 millones distribuidos con estas tarjetas eran gasto corriente y no de campaña como argumentó el PRI.
Es muy difícil aceptar que el Movimiento Progresista fue el único partido o coalición en rebasar el gasto de campaña. El que la suma de los documentos sometidos por la agrupación sea diferente al total de carátula revela una falta de cuidado o de conocimiento básico lamentable en los operadores financieros de la izquierda. Pero la información disponible subraya la idea de que el actual sistema de topes de campaña no sirve para dar equidad a los procesos electorales sino para favorecer a los partidos que ocultan sus gastos reales con mayor habilidad.
SEIS AÑOS
Si bien pienso que López Obrador gastó menos dinero que Peña Nieto en la campaña electoral, no tengo duda de que el candidato de la izquierda estuvo en campaña seis años. Los gastos que se le contabilizan a AMLO son sólo los de la campaña propiamente dicha.
Twitter: @sergiosarmient4