Ataque. Ciudadanos de una comunidad al norte de Israel, cerca de la frontera con el Líbano, miran un coche afectado por la caída de un proyectil que fue lanzado desde el sur del Líbano.
Al menos cuatro proyectiles fueron lanzados desde el sur de Líbano hacia el norte de Israel, donde de inmediato sonaron las sirenas y fue cerrado el espacio aéreo sobre Haifa, la tercera ciudad israelí más grande, pero sin causar víctimas.
Uno de los cohetes tipo Katiusha impactó en un campo abierto cerca de la ciudad israelí de Nahariya, mientras otro que tenía como objetivo un centro urbano fue interceptado y neutralizado por el sistema de defensa antimisiles (Cúpula de Hierro), según el diario Haretz.
Tras el lanzamiento de los proyectiles, sonaron las sirenas antiaéreas en las ciudades de Nahariya y Acre, cuyos habitantes tuvieron que resguardarse en refugios, según el rotativo que cita a fuentes militares israelíes.
La Cruz Roja israelí elevó el estado de alerta en la zona fronteriza del país, en tanto el ejército recomendó a los habitantes mantenerse en sus casas o lugares que tengan protección.
Una fuente de seguridad libanesa indicó que desconocidos lanzaron cuatro cohetes desde dos sectores de la ciudad de Tiro hacia el norte del territorio israelí.
Sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) sospechan que detrás de estos ataques pueden estar milicianos yihadistas o miembros del grupo chiíta libanés Hezbolá.
Este ataque se produce en un momentos de alta tensión ya que Líbano responsabilizó a Israel del atentado del pasado 15 de agosto contra un feudo del grupo Hezbolá en Beirut, que causó 27 muertos y 336 heridos.
Hace poco, la cúpula militar israelí advirtió que el conflicto en Siria y la participación de combatientes del Hezbolá en ese país para ayudar al régimen del presidente Bashar al-Assad, podría desembocar en ataques con proyectiles contra Israel.
Líbano condena ataque
Las autoridades libanesas condenaron el lanzamiento de cuatro proyectiles sobre Israel desde el sur del Líbano, un ataque del que Tel Aviv responsabilizó al Gobierno y al Ejército libanés.
El presidente libanés, Michel Suleiman, y el primer ministro saliente, Nayib Mikati, calificaron lo sucedido de "flagrante violación de la resolución 1701".
Los mandatarios hicieron así alusión en sendos comunicados al texto de la ONU que puso fin a la guerra del verano de 2006 entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá.
También prometieron una investigación y llevar ante la justicia a los autores de los disparos, que no causaron víctimas y fueron efectuados desde la región meridional de Tiro.
Mikati señaló que el Ejército libanés, en cooperación con las fuerzas de la ONU para el Líbano (FINUL) llevan a cabo una investigación para descubrir las circunstancias de ese incidente.
Denunció, además, cualquier intento de socavar la estabilidad que goza el sur del Líbano, en especial la región fronteriza.
