El peor desbarajuste del Partido Acción Nacional, de su historia, sucede ahora por disputas de poder y dinero. Lo protagonizan senadores "de casa" y el mentor de décadas albiazul, Diego Fernández de Cevallos; hace ver que las crisis anteriores sucedieron en otras condiciones y no con la magnitud actual.
En esta confrontación convergen las peleas por el poder y dinero, afirmó el excandidato presidencial panista. "Estoy seguro, -indicó el 'Jefe' Diego en entrevista con Sergio Sarmiento-, que se dan cuenta (los rijosos) que esto no sirve a nadie, ni a ellos mismos, ni al partido, ni a México".
A unos días de las elecciones en 14 estados -en las cuales están en juego una gubernatura, 441 diputaciones locales y 931 alcaldías-, los confrontados panistas montaron un espectáculo de vergüenza histórica y miles o millones de ciudadanos podrían abstenerse de votar por ellos.
La riña colectiva comenzó en la bancada panista de 38 senadores y la inició el calderonista puro, Ernesto Cordero, quien pretende el liderazgo del PAN, e instó a 22 seguidores a modificar los estatutos albiazules de la Cámara alta. También ordenó el reparto de 16.3 millones de pesos entre los mismos legisladores, habiendo correspondido 430 mil pesos a cada uno.
El blanco de ataques es el presidente del partido, Gustavo Madero, quien en su defensa destituyó a Cordero como coordinador de la bancada y nombró a un incondicional, Jorge Luis Preciado, incapaz de armonizar a los senadores del partido. A la vez sucedió una segunda batalla por el control del dinero que recibe esa bancada de fondos públicos.
Ernesto Cordero, quien hace honor a sus manejos financieros de la Secretaría de Hacienda, dispuso de los fondos senatoriales a su arbitrio y repartió una parte de los mismos con la idea de comprometer a sus congéneres.
Once senadores azules decidieron devolver los 480 mil pesos, trece se habían negado a hacerlo hasta la semana pasada, seis no recibieron, dos guardan silencio y tres se hacen "ojos de hormiga".
Lo anterior causó una exhibición de bajeza parlamentaria. La tlaxcalteca Adriana Dávila dijo que con el dinero montó un módulo de gestión y adquirió dos unidades médicas móviles para atender a enfermos. Pero no las mostró.
El coahuilense Luis Fernando Salazar aseguró que gastó sus 480 mil y puso 400 mil más en la compra de 4 mil pares de zapatos para damnificados de Piedras Negras.
Los apasionados congéneres de Cordero, Roberto Gil Zuarth, Gabriela Cuevas y el expriísta Javier Lozano piensan qué hacer con las sumas recibidas, pero primero -afirman- consultan al SAT para saber si ese dinero genera impuestos. Así se pintan, de cuerpo entero.
Ellos tres, junto a Luisa María Calderón y Mariana Gómez del Campo, se esmeran por que Cordero sea el próximo líder del PAN. La rotunda afirmación del 'Jefe' Diego de que la pelea es por poder y el dinero, no tiene vuelta de hoja.
Ningún panista duda que Felipe Calderón impulsa al bando de su amigo Cordero. El expresidente estuvo en Los Cabos y dos días en la capital del país. Si habló o no con Cordero durante ese viaje de sondeo, es lo de menos. De sobra se sabe cómo se la gastan ambos.
A propósito, Calderón y su esposa Margarita Zavala declararon un patrimonio de 17.8 millones de pesos, sin especificar si esa suma incluye bienes raíces. Es inolvidable aquel crédito que se autootorgó Calderón por 3 millones de pesos e intereses de 4% anual, al tercer mes de ser nombrado director general de Banobras. Eso sucedió en 2003 y el terreno de su casa era de 174 metros cuadrados. La de hoy abarca mil 940 metros.
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