En el plano práctico, el nuevo escenario fiscal que se plantea para Petróleos Mexicanos le permitirá reducir su carga en materia de pago de derechos en 10 puntos porcentuales, es decir, de 70% de sus ingresos llegaría al 60… en un escenario gradual que se agotará en cinco o 10 años.
En el esquema que diseña la Secretaría de Hacienda, sin embargo, se plantea adicionalmente imponerle la figura de dividendos, en cuyo marco se podría exigirle un pago adicional a la paraestatal, o permitirle la inversión de éstos.
De acuerdo a lo que se planteará en la reforma hacendaria en puerta, el gobierno anexaría a la Ley de Ingresos de cada año el monto del dividendo, al que en su caso se le restarían las necesidades que planteara el Consejo de Administración de la empresa pública.
La posibilidad no excluye el pago del Impuesto sobre la Renta.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, el boquete que le dejaría al fisco el nuevo escenario se compensaría parte con un incremento en la plataforma de producción petrolera, suponiendo que lleguen en alud empresas del exterior a explorar y explotar petróleo… con una nueva tasa impositiva.
Las firmas del exterior o nacionales que se metan a la coyuntura pagarían derechos y el Impuesto sobre la Renta correspondiente, bajo el nuevo marco fiscal.
Digamos que aunque la parte fuerte de inversión de Pemex se fijará por ley, lo que la haría inamovible, de cualquier forma seguirá sujeto a la tutela de la Secretaría de Hacienda, quien decidirá en última instancia si se invierte en tal o cual proyecto.
La exposición de motivos de la propuesta de reforma energética del gobierno hablaba de dejarle a la empresa pública un margen libre para apuntalar sus inversiones, que se calculaban en 300 mil millones de pesos, es decir, un tercio de lo que tributó en el 2012.
Sin embargo, al inicio de la discusión los panegiristas de la propuesta de abrir al capital privado nacional y extranjero actividades que hasta hoy son exclusivas de Pemex, empezaron a hablar de que el régimen impositivo a que se somete a éste no es muy distinto al de otras empresa similares.
A quien le importa si la empresa petrolera de Venezuela paga sólo el 34.9% de derechos, la noruega Statoil el 19 y la colombiana Ecopetrol apenas el 11.
En el nuevo marco se le permitiría a Pemex emitir trimestralmente Certificados Bursátiles en las mesas de dinero, en una coyuntura en que las calificadoras de deuda le dan luz verde a las emisiones considerando el monto de las reservas probadas y probables, además del potencial de ingresos.
El problema es que la posibilidad de endeudamiento de la empresa pública llegó al tope.
Durante los dos primeros trimestres del año Pemex colocó papeles de deuda por cinco mil millones de pesos, colocándose en lista para el tercero otra emisión de 17 mil 500 más, para rematar en el cuarto con 7 mil 500 adicionales.
Llama la atención que no se hable, en paralelo, de reforzar el fondo para integrar los ingresos excedentes por petróleo entre el precio presupuestado por barril y al que se llegó finalmente en el promedio anual, luego de que durante el sexenio foxista éstos se dilapidaron en gasto corriente.
Por lo pronto, la gran incógnita es si el gobierno, armada ya la posibilidad de IVA a tasa general en alimentos y medicinas, se atreverá a subir la tasa del Impuesto Sobre la Renta y a cancelar la posibilidad de la consolidación fiscal con que juegan los grandes conglomerados para empatar las pérdidas y ganancias de sus filiales para fines de tributación.
Nuevo marco fiscal para Pemex. Más de lo mismo… casi.
BALANCE GENERAL
En las paradojas de la vida, la última y nos vamos para los integrantes del pleno de la Comisión Federal de Competencia apunta a revisar una queja de los grandes grupos gasolineros sobre supuestas prácticas monopólicas de Pemex en materia del transporte del combustible.
Según ello la empresa pública impide la participación privada en la tarea, por más que mantiene un esquema de concesiones con la Cámara Nacional del Transporte de Carga.
El caso es que de aprobarse la propuesta del gobierno en materia de reforma energética, se abriría el escenario para cualquier operadora que cumpla la normatividad.
Digamos que los grupos gasolineros podrán tener su propia flota.
La queja, pues, ya no tendría sentido bajo la apuesta que se discute.
Sin embargo, existe expectación por el rumbo que tomaría la resolución correspondiente.
Por lo pronto, bajo el nuevo marco se abriría la posibilidad de que firmas extranjeras pongan sus propias gasolineras… con combustibles que les vendería la paraestatal.
TODOS FUERA Aunque media docena de integrantes del pleno de las Comisiones Federales de Telecomunicaciones y de Competencia habían cruzado los filtros en la posibilidad de mantenerse en el cargo a la transformación de los órganos en el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la Comisión Federal de Competencia Económica, ninguno de ellos fue seleccionado por el presidente Enrique Peña Nieto en su propuesta a la Comisión Permanente.
Estamos hablando, por ejemplo, de Mony De Swaan y Gonzalo Martínez Pous.
La decisión de sangre nueva refrescará las instancias.
El presidente de la CFC, Eduardo Pérez Motta, había renunciado desde el principio a la posibilidad de competir, colocando un ejemplo al que la ambición se rehusó a seguir.
EN SUS MARCAS Sin abrirse aún la posibilidad de que las empresas autogeneradoras de energía eléctrica le vendan sus excedentes a otras firmas privadas, las compañías siderúrgicas Tenaris y Ternium, en sociedad con Tecpetrol International, están planteando la construcción de una planta termoeléctrica de ciclo combinado. Su capacidad de generación será de entre 850 y 900 megawatts. La empresa responsable tiene como razón social Techgen, en cuyo capital estarán las tres firmas, teniendo como mayoritario a Ternium. La inversión se calcula en mil millones de dólares.
OTRA RONDA DEL TPP Esta semana en la ciudad de Bandar Seri Begawan de Brunei se realiza otra ronda de negociaciones para la integración de México al Acuerdo de Asociación Transpacífica en el que participan Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Malasia y Nueva Zelanda. Japón llegará al mismo tiempo que nuestro país.
La intención es cerrar la negociación en el cuarto trimestre de este año.
El llamado por sus siglas TPP es la zona de libre comercio más grande del planeta.
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