Marco Rubio. El senador republicano tiene una tarea difícil, convencer a los más conservadores.
El senador republicano Marco Rubio buscó el apoyo de los conservadores en la Cámara de Representantes ayer para una ley migratoria de gran alcance, pero muchos legisladores salieron de la reunión profundamente escépticos sobre un proyecto de Ley exhaustivo que incluya un camino hacia la ciudadanía para inmigrantes que radican sin autorización legal en el país.
El resultado puso de manifiesto los desafíos para el proyecto de reforma migratoria y para el mismo Rubio mientras el senador por Florida ha redoblado su labor en el papel de vendedor ante los conservadores previo al debate que inicia la próxima semana en el pleno del Senado sobre la norma.
"No puedo votar por un proyecto de ley que brinda amnistía a extranjeros que radican sin autorización legal en este país. No lo haré. Pienso que hay muchos conservadores que tienen la misma postura", dijo el republicano Paul Broun, representante por Georgia, tras escuchar a Rubio y otros senadores en una reunión sostenida en el sótano del Capitolio y organizada por el comité de Estudios Republicanos, un grupo de conservadores de la Cámara de Representantes.
El republicano Tom McClintock, representante por California, dijo que la exposición de Rubio "no fue convincente".
Por su parte, el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes y republicano de Virginia, Bob Goodlatte, dijo que la propuesta del Senado redactada por Rubio y otros siete senadores en un grupo bipartidista "aún tiene un largo camino que recorrer desde la perspectiva de la Cámara".
Rubio, que cuenta con el apoyo del Tea Party como potencial candidato a la presidencia de Estados Unidos y que ha fungido como emisario del proyecto de ley ante la comunidad conservadora, ha dicho durante semanas que la propuesta requiere cláusulas sobre una mayor seguridad en la frontera a fin de ser aprobada en la Cámara. Recientemente, Rubio indicó que sólo faltan 60 votos para que el proyecto sea aprobado por el Senado sin cambios y que él mismo no sería capaz de apoyarlo en su estado actual, a pesar de que ayudó a redactarlo.
Sus declaraciones han sorprendido a los defensores de los derechos de inmigrantes, que han cuestionado hasta qué punto apoya la reforma y han manifestado sus preocupaciones de que el énfasis creciente sobre seguridad en la frontera vuelva irrealizable el camino a la ciudadanía estadounidense para más de 11 millones de inmigrantes. El proyecto, que cuenta con el respaldo del presidente Barack Obama, también busca reformar los programas de inmigración y visado por la vía legal y exige que todos los empleadores revisen el estatus legal de sus trabajadores.
Rubio rechazó ayer miércoles que sus declaraciones pudieran estar dificultando los esfuerzos a favor de la ley, como se ha sugerido.
"Lo que bloquea los esfuerzos en el Senado no son mis declaraciones. Lo que bloquea los esfuerzos en el Senado es que no contemos con los votos necesarios para su aprobación porque demasiados miembros de ambos partidos no creen que profundice lo necesario en seguridad fronteriza", dijo Rubio a los reporteros después de su reunión con republicanos de la Cámara de Representantes.
"Es muy sencillo", dijo Rubio. "Si la gente desea una reforma migratoria, vamos a tener que mejorar los elementos sobre seguridad en la frontera en el proyecto y vamos a tener que dar confianza a la gente de que lo que estamos haciendo es suficiente. Y eso es en lo que me voy a enfocar".
VOTOS
Son los que faltan para alcanzar una reforma.