El Diario de Yucatán anunció el pasado septiembre que "un grupo de inversionistas chinos y mexicanos vendrá a construir la galería más grande del mundo al lado de Cancún". El gigantesco "mall", el Dragon Mart, de 127,000 metros cuadrados techados, con 3,040 locales comerciales y 20,000 metros cuadrados para bodegas, el desarrollo requiere una inversión china de entre 180 y 200 millones de dólares. Con una superficie de 65,000 metros cuadrados para áreas abiertas y plazas y una pequeña ciudad china 722 casas con restaurantes, misceláneas y bancos. Habrá además una zona maquiladora para el ensamble de productos. El movimiento de Progreso aumentará su tráfico portuario de 24,000 a 60,000 contenedores al año.
Desde febrero 2013 podría arrancar la construcción de este Centro Internacional de Negocios, el "mal" más grande fuera de China dedicado para vender y distribuir productos a México, Norteamérica, América Latina y Europa.
El 22 de marzo de 2011, el entonces gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, firmó un convenio con la empresa privada China Middle East Investment and Trade Promotion Centre, otorgando beneficios fiscales hasta del 100% en el impuesto de traslación de dominio, de registro público y por 3 años al impuesto estatal a nóminas. El municipio daría reducciones en el impuesto de adquisición de inmuebles, el predial y licencias de construcción. El gobernador gestionará ante la Semarnap facilidades en materia forestal, ante la CFE para la recolocación de torres de alta tensión, y ante otras autoridades para asegurar el esquema de vialidades. El proyecto se incorporaba a las promociones turísticas de Cancún.
Este paquete de atractivos beneficios arraigó el proyecto en el Municipio de Benito Juárez. Al acercarse las fechas, los promotores insisten en que están en proceso todos los trámites locales las licencias del caso.
Se advertirá que Dragon Mart despierta una compleja trama de requisitos locales, estatales y federales que responden a reglamentaciones ecológicas, ambientales, de planeación urbana, de construcción, vialidades, sin olvidar que hay evidentes traslapes de competencias en materias como acceso a agua y su reciclaje, visas de trabajo, suministro de electricidad, etc. Hay amplio espacio para esquivar responsabilidades. Algunos funcionarios ignoran el asunto o dicen que no es de su competencia. Hay confusión. El alcalde de Benito Juárez no ha visto solicitud alguna. El Centro Mexicano de Derecho Ambiental se declara en contra.
La cuestión, sin embargo, no sólo está en cumplir reglamentaciones municipales o respetar los criterios ambientales a que estamos seriamente comprometidos por acuerdos internacionales. El tema toral está en cómo el proyecto contribuye al desarrollo socioeconómico de cada una de las áreas productoras del país cuyos productos serán golpeados por los literalmente millones de artículos chinos que confluirán en el "Dragón". Creemos que no.
Desde nuestra adhesión al GATT en 1986 y la firma del TLCAN de 1994 se ha seguido una ininterrumpida e equivocada política de progresiva apertura comercial, conforme a la ortodoxia de mercados libres dictada por la actual OMC lo que ha sistemáticamente reducido la capacidad competitiva agroindustrial nacional. Ya somos un país que no producimos sino que simplemente armamos ajeno.
México no tiene porqué favorecer una gran plataforma de despegue comercial de productos extranjeros cuando nuestra prioridad no está en brindar servicios a nuestros competidores sino dedicar nuestras energías laborales a la cultivar y fabricar productos para nuestro mercado interno y no para exportar ajeno. La necesidad de producir más en casa en lugar de simplemente comerciar lo que sea en el mercado globalizado lo entiende hasta WalMart que, pese a ser transnacional sin preferencias, se comprometió solidariamente hace unos días a comprar en la siguiente década 50,000 millones de dólares de mercancías norteamericanas y para contribuir a la recuperación de su país de origen.
Si el comercio exterior es ventana para la recíproca producción y empleo, nuestra experiencia con China no es buena. No respeta las normas de la OMC de la que somos miembros. El arribo constante de artículos chinos de bajo precio por los subsidios abiertos u ocultos de que gozan nos lleva a constantes quejas y a iniciar procesos antidumping u otras inconformidades. Participamos en comités de la OMC que monitorean las prácticas chinas.
La Concanaco, la Concamín, la Canacintra y el CCE están en contra del Dragon Mart. Recelan con justa razón de las malas prácticas chinas y el nuevo "mart" puede servir como un fácil refugio fiscal para cientos de miles de artículos importados.
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha dicho que el asunto se tratará a nivel gabinete.
Mientras tanto China Mart sigue extendiéndose por todo el mundo. Estamos estamos pensando en AL", declaran. Los "malls" chinos establecidas fuera de su país, son la continuación de aquellas inmensas exposiciones permanentes iniciales en Cantón y Shanghai y ahora hay en Dubai o Johannesburg.
En Dubái la galería alberga 4,000 empresas que venden y distribuyen artículos chinos de todas las variedades y calidades imaginables, desde las ínfimas hasta las exquisiteces de un lujo exagerado.
Pero los Emiratos Árabes no tienen productos propios y su mano de obra, incluyendo la que importan, la han dedicado a servicios con los que aspiran hacer de su ubicación nada menos que el centro comercial del mundo. México, productor agrícola e industrial, tiene que crear empleos a razón de un millón anuales.
Nosotros también debemos responder a la moda de los grandes "mal" montar un gran centro de exposición y venta planteado el Instituto Mexicano de Comercio Exterior (IMCE). Los chinos vienen exhibiendo sus productos en ferias permanentes, lo que hace más de 25 años México también lo hizo.
El proyecto del Dragon Mart, desarrollo fundamentalmente inmobiliario en el que una empresa china desea instalar sus escaparates y construcciones hasta habitacionales, no coincide con ninguno de los propósitos ni pasados ni actuales de México de impulsar el desarrollo de la producción nacional ni para crear nuevos empleos. Dragon Mart sin duda podrá encontrar que otro país lo albergue.