Dramático triunfo de los 'canaleros'

José González se llevó un pelotazo con la casa llena, lo que coronó un racimo de cuatro carreras y puso fin al encuentro que Panamá ganó ayer 8-7 a Taiwán, en un juego de vida o muerte, correspondiente a la Serie Mundial de Pequeñas Ligas.

Nunca un jovencito había estado tan contento por llevarse un golpazo en el pie izquierdo.

González renqueó hacia la inicial, mientras Edgardo Rosales festejaba en su recorrido desde la antesala para anotar la carrera decisiva. Había dos outs de la parte baja de la sexta y última entrada.

"Lo único que pensé es que iba a embasarme como fuera", dijo González. "Y después de que me golpeó ese lanzamiento me sentí feliz".

El equipo panameño de Aguadulce remontó así una desventaja de 7-4 y dejó eliminada a la novena taiwanesa de Taoyuan.

Jordan Agrazal impulsó tres carreras, incluidas dos con un sencillo en la sexta entrada. Y Rosales no se habría colocado en posición de anotar si no se hubiera embasado con un error de Yen Tung-Jua, quien no pudo controlar un roletazo a la antesala, cuando había dos outs.

"Fue un juego bien difícil. Lo importante es que ganamos", dijo el manager Luis González. "Felicito a todos los chicos del otro equipo por su esfuerzo. Nosotros nunca nos rendimos y eso nos dio la victoria".

Panamá (3-1) avanzó para enfrentar a uno de los otros dos equipos que quedan con vida en la División Internacional de este certamen, México o Japón, que se enfrentarán hoy miércoles.

La derrota fue dura para Taiwán, el equipo más joven de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas, con cinco peloteros de 11 años.

Varios jugadores asiáticos lloraron después del juego. El receptor panameño Juan Crisp y varios compañeros acudieron a consolar a sus rivales.

"Vi a dos peloteros de su equipo llorando, e incluso a dos de los nuestros", dijo González.

Yu Teng-Yao cargó con la derrota, tras relevar a Tung-Jua, quien debió abandonar cuando había un out del quinto episodio, luego de llegar al límite establecido de 85 lanzamientos.