El aceite de coco

Tal vez conozcas el aceite de coco, pero seguramente no sabes todos los beneficios que puede tener para tu salud, por eso te recomendaremos este aceite y te explicamos por qué en realidad es una de las grasas más beneficiosas que pueden existir.

Desde siempre los nutriólogos han recomendado el uso de aceites vegetales, tales como, el de maíz, soya, girasol y oliva, ya que resultan ser los más cardiosaludables para nuestro organismo. El aceite de coco ha visto dañada su imagen a lo largo de los años debido a que la grasa con la que esta formado es del tipo saturado, que es la más dañina. A pesar de esto, la grasa saturada del coco esta compuesta por 2/3 de ácidos grasos de cadena mediana, es decir, que no es almacenada por el cuerpo y es utilizada como energía inmediatamente. Todos los tipos de aceites provenientes de un vegetal o un animal contienen el mismo número de calorías, 9 por gramo, más no el del coco, este sólo tiene 6.8 calorías por gramo. Como resultado tenemos que el consumo del aceite de coco no genera un aumento en el peso corporal en la persona que lo ingiera.

Investigadores de la Universidad de Mcgill (en Canadá) aseguran que si se remplazan todos los aceites en una dieta que están hechos de ácidos grasos de cadena larga y muy larga como lo son el aceite de soya, canola, girasol, maíz, oliva y los similares y los cambia por uno que contenga ácidos grasos de cadena media como lo es el aceite de coco, usted puede llegar a perder hasta 16.3 kg de grasa corporal al año. Sin embargo, es recomendable que consulte a su doctor antes de hacer este cambio.

BENEFICIOS Y USOS

Aumento del gasto metabólico y supresor de apetito:

Los ácidos grasos de cadena media ocasionan que nuestro metabolismo aumente de una forma considerable, haciendo que se quemen calorías es exceso, por lo tanto el aceite de coco es una grasa que ocasiona la perdida de peso.

Agente inmunológico:

Debido a la reacción que ocasiona en el metabolismo, esta a su vez hace que las células funcionen con mayor eficiencia, regenerando el tejido con mayor rapidez. El sistema inmunológico funciona mucho mejor y es capaz de proteger al cuerpo de enfermedades como cáncer, diabetes, y otros tipos de enfermedades degenerativas.

Protección para el bebé y más leche:

Contiene grandes cantidades de ácido láurico, un ácido graso que protege el sistema inmune del feto y recién nacido. En ocasiones podemos ver que las fórmulas para bebé contienen coco, pero no hay nada mejor que la mamá ingiera aceite de coco, antes de que el bebé nazca y después para que la leche también cuente con este acido antiviral.

Huesos:

Ayuda a la absorción del calcio y magnesio. Puede ser utilizado por la gente que padece enfermedades como artritis, ya sea de forma oral o untándolo con un leve masaje sobre la piel

Digestión:

Las grasas con las que cuenta el aceite ayudan a controlar a los parásitos que causan indigestión, además ayuda a absorber las vitaminas, minerales y aminoácidos de los alimentos.

Diabetes y la secreción de insulina:

El aceite de coco ayuda a regular el azúcar en la sangre y mejora los síntomas y los efectos secundarios de la diabetes. Las poblaciones isleñas han consumido aceite de coco por muchas generaciones y han vivido de forma saludable y sin riesgo de diabetes.

Cabello:

Reduce la perdida de proteína en el cabello dañado y sin daño. Esto debido a su propiedad hidrofobica, que repele el agua, e impide que se dañen la superficie del cabello y se formen puntas abiertas.

FUENTES: www.aceitedecoco.org; despertandosalud.com;es.prmob.net; iniciativat.com;espanol.mercola.com