Recientemente, la Universidad Autónoma de Yucatán publicó el libro "Historia del beisbol de Yucatán y Campeche en 1905 año de oro" (280 págs.), escrito por el cronista e historiador de este deporte Carlos R. Castillo Barrio.
Producto de meticulosa investigación básicamente hemerográfica llevada a cabo con gran paciencia por el autor durante 22 años, de hecho se trata de su segundo libro. El primero, que vio la luz en 2006, lleva el mismo título excepto el periodo al que se refiere: de 1892 a febrero de 1905.
Como el anterior, el más reciente libro de don Carlos contiene un tesoro de valiosísima información relativa a la práctica del rey de los deportes en la península de Yucatán hace más de una centuria.
Se trata de datos que han permanecido en añosas páginas de periódicos y revistas locales de aquella época, como "El eco del comercio", "La revista de Mérida", "El Horizonte" (semanario de Progreso, Yuc.), "El Peninsular" (vespertino) y el periódico especializado "The umpire", publicaciones todas ya desaparecidas. Esperaron esas notas periodísticas un siglo para que el autor rescatara su contenido y darnos idea de cómo se jugaba entonces este deporte en las tierras del Mayab.
Si ese beisbol se compara con el del presente, hay diferencias. ¡Y vaya si las hay! Son varias. Algunas saltan a simple vista, otras no. ¿Cómo explicarlas? He aquí un interesante tema de análisis. Se dará cuenta de tres. Va la primera:
Se refiere al número de jugadores por equipo. En el beisbol contemporáneo los "rosters" (plantillas de integrantes de cada escuadra) en las ligas profesionales se componen de entre 20 y 30 peloteros por equipo, de los cuales poco más de la mitad son pitchers.
En 1905 la Liga Yucateca, cuyo calendario ese año comprendió menos de dos meses y medio, se conformó con tres equipos: Fénix, Colón y Águila, compuestos casi en su totalidad por peloteros cubanos y norteamericanos, principalmente de color, todos ellos profesionales de gran calidad.
Los "rosters" de esos tres clubes sumaban 34 jugadores, como sigue: 13 el Fénix, 10 el Águila y 11 el Colón. Los pitchers cuando no lanzaban solían jugar otra posición y algunos eran magníficos bateadores. Hoy este aspecto es muy diferente.
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