Todos estamos teniendo que aprender la jerga de las telecomunicaciones. Por ejemplo, hoy sabemos que es importante desagregar el bucle local.
¿Bucle local? ¿Estamos hablando de telecomunicaciones o de peinado? La iniciativa, de hecho, señala que el nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones deberá establecer medidas "que permitan la desagregación efectiva del agente preponderante en telefonía, televisión restringida e internet fijos". A esto se le conoce como desagregación del bucle local o, en inglés, local loop unbundling.
¿Qué significa lo anterior? Que el concesionario que tenga la "última milla" (la conexión a la casa u oficina del usuario final) deberá compartirla con otros proveedores de servicios si es un "agente preponderante" (si tiene más de 50 por ciento del mercado nacional). Si Teléfonos de México tiene esta última conexión en mi casa, y yo contrato un servicio con Axtel o Maxcom, el servicio lo podrán ofrecer estas últimas con la infraestructura de Telmex.
Telmex siempre se ha opuesto a compartir su infraestructura con sus competidores. "Nosotros construimos el hotel y ahora el gobierno quiere que otro alquile las habitaciones a sus clientes pagándonos nada más el costo del champú y los jabones" me decía un ejecutivo de Telmex. Las autoridades sostienen, sin embargo, que sin esta desagregación del bucle local no es posible la competencia y por eso la obligación está establecida en la reforma.
La reforma busca transitar a una "concesión única". Esto significa que las concesiones en algún campo de actividad, por ejemplo telefonía, podrán utilizarse para servicios adicionales, como televisión. Con esta decisión la autoridad está reconociendo la realidad de la convergencia digital: el hecho de que la tecnología está borrando las fronteras entre telecomunicaciones y radiodifusión. Con una concesión única el empresario podrá darle a ésta el mejor uso que la tecnología, su imaginación y sus inversiones le permitan.
La concesión única le permitiría a Telmex ofrecer el servicio de video que hasta ahora se le ha negado porque su concesión lo descarta. Claro que como la empresa será considerada preponderante, tendrá que cumplir primero con las reglas asimétricas que se le fijen. Y la posibilidad de pelear legalmente contra estas reglas estará severamente limitada.
Ahora bien, aunque la concesión única reconoce la convergencia digital, la iniciativa establece la posibilidad de tener inversión extranjera de 100 por ciento en telecomunicaciones pero sólo de 49 por ciento en radiodifusión. ¿En qué quedamos, pues? ¿Vivimos o no en la convergencia?
Cuando se estaba preparando la iniciativa llamó la atención que se definiera que el agente económico preponderante es el que tenga una participación de 50 por ciento o más en algún mercado (habrá que tener cuidado de no castigar simplemente a los más eficientes) y que el regulador pudiera ordenar la desincorporación de activos de un actor preponderante. Muchos ya veían llegar las órdenes para desmembrar a Televisa y América Móvil.
Pero las cosas no serán tan radicales. El Ifetel podrá aplicar "regulaciones asimétricas", esto es, que lastren al que tenga una mayor participación de mercado, antes de llegar al extremo de la desincorporación. Sin embargo, la amenaza de desmembrar a una empresa, que no tendrá el arma de la suspensión provisional en caso de un juicio de amparo, se vuelve contundente.
En fin, hasta ahora las empresas que más podrían ser afectadas, América Móvil y Televisa, han indicado que están dispuestas a jugar con las nuevas reglas. Quizá no tienen opción. Por eso estamos todos aprendiendo a desagregar el bucle local.
EL TAMAÑO
La reforma constitucional en telecomunicaciones, con sus más de 50 folios, es más amplia que toda la Constitución de los Estados Unidos. Es una pena que en México tengamos que poner en la Constitución detalles que deberían estar en un reglamento.
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