El cabello como parte de la identidad
El arreglo del cabello es una de las principales preocupaciones de hombres y mujeres, sin embargo, en el afán de lucir bien, algunas veces se pone en riesgo la salud. Los productos que se utilizan para construir la imagen que se quiere proyectar, pueden convertirse en enemigos de la cabellera.
El culto a la belleza surgió hace veinte siglos en la Antigua Grecia, y continúa en la actualidad. En la historia de la humanidad se puede observar cómo la moda de cada época incluye al cabello en sus diferentes facetas: cortes, color y peinados.
La cabellera es parte fundamental de la identidad, basta un cambio de color o corte para marcar diferencias culturales y religiosas. Con la globalización, avances tecnológicos y químicos, llegaron productos como los tintes de cabello, spray, secadoras, soluciones permanentes y aparatos eléctricos que ayudan a modificar la forma y apariencia de la cabellera.
En el concepto de la imagen se incluye al cabello como parte importante de la presentación personal, sinónimo de juventud. Y en este afán por mantener una imagen, los accesorios que se utilizan para lograr este objetivo son los mismos que maltratan al cabello. Desgaste, pérdida de brillo, color, textura y hasta enfermedades crónico degenerativas como el cáncer, pueden desarrollarse si no hay un control en el uso de químicos para el cabello.
COLOR: INTRODUCCIÓN A LA PERSONALIDAD
Los estereotipos sociales establecen que la personalidad está ligada de manera estrecha con el color del cabello. Quien tiene el cabello negro es de carácter fuerte y apasionado, mostrando signos de dureza. Si el color es natural, denota profesionalidad, pero si es un color intenso y teñido, muestra agresividad.
A las rubias, por su calor claro, se les adjudica una personalidad suave, dulce, delicada y hasta débil.
Mientras que a las castañas se les sitúa como personas neutras, elegantes y discretas que no suelen llamar la atención. Caso contrario al de las pelirrojas, que transmiten mucha vitalidad, con una personalidad extrovertida, exótica, divertida, atrevida y sensual. Finalmente, las personas que no se tiñen las canas denotan paz interior y respeto. En el caso de personas de edad avanzada, se proyecta ternura.
EL BOOM DE LOS TINTES
El primer tinte de cabello fue creado en Francia por el químico Eugène Schueller, en 1907. Tras su invento fundó una de las compañías más famosas del mundo, L'Oréal Paris. Fue en las últimas tres décadas que los tintes y soluciones permanentes se volvieron parte esencial de hombres y mujeres. Asimismo, con los cambios de look llegaron las combinaciones de colores en el cabello, razón por la cual surgieron dudas sobre sus efectos a largo plazo.
RIESGOS DE CAMBIAR EL COLOR
Un estudio realizado por la doctora Silvia de Sanjosé del Instituto Catalán de Oncología, que fue publicado en America Journal of Epidemiology, revela que hay una relación entre el uso de tintes de cabello y los linfomas. El estudio fue realizado con mujeres mayores de 56 años de edad. Los resultados indicaron que las mujeres que utilizaban tintes en la década de los ochenta, eran propensas a desarrollar linfomas.
La doctora Beatriz Escobedo, dermatóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social en Saltillo, indicó que se han observado coincidencias entre las personas que utilizan tintes y desarrollan cáncer, sin embargo, aclaró que no está comprobado que haya una relación directa.
“Creo que no es el tinte, sino el traumatismo constante a la piel cabelluda. El cáncer generalmente se asientan en lugares que están traumatizándose constantemente”, explicó la dermatóloga.
En tanto no haya estudios que puedan comprobar la relación directa del uso de tintes con la generación de enfermedades crónico degenerativas, se recomienda no abusar de soluciones decolorantes como peróxidos.
CAÍDA DE CABELLO
En promedio, las personas pierden cien cabellos diarios. Cuando la cabellera es sometida a sustancias químicas como soluciones decolorantes, se produce un efecto inflamatorio en el cuero cabelludo. Luego de desinflamarse, viene un período de descamación que implica la pérdida de cabello.
El problema de la caída de cabello se evidencia cuando los tintes son utilizados cada mes. La fibra capilar se adelgaza, pierde brillo y su color original cambia. Otro de los problemas que ocasiona es la dermatitis de contacto irritativa, que provoca comezón y desprendimiento moderado de cabello. Además, las sustancias químicas irritan el cabello, causando que pierda fuerza y se vuelva quebradizo.
CALVICIE ACELERADA
La calvicie es una enfermedad hereditaria que causa la caída del cabello. Los factores que intervienen son los niveles hormonales, el factor genético y el envejecimiento. La dermatóloga Beatriz Escobedo, explica que la caída del cabello es inevitable a medida que el cuerpo envejece. En los casos hereditarios el proceso se acelera con el uso de sustancias como tintes, permanentes y decolorantes.
La calvicie es un problema de hormonas. En el caso de las mujeres, es menos frecuente porque generan estrógenos que evitan la caída. Por otra parte, en las mujeres que pasan por la etapa de la menopausia disminuye la producción de estrógenos, provocando el debilitamiento del cabello. Para contrarrestar este efecto, es necesario iniciar un tratamiento médico. Mientras que para los hombres basta con seguir procesos que retrasan la caída de la cabellera.
CANICIE PRECOZ
La producción de melanina disminuye a partir de los cuarenta años de edad, por ello, la pigmentación del cabello es menor y da paso al crecimiento de «cabellos inmaduros», es decir, las canas. La doctora Escobedo, señala que este proceso suele adelantarse en personas de hasta veinte años de edad, debido a la herencia genética que propicia la canicie precoz, pues quienes viven esta situación no presentan problemas en la pigmentación de la piel.
Cuando el cabello envejece, también pierde fuerza y brillo, razón por la cual se recomienda seguir tratamientos que estén basados en evidencias médicas, y que sean sugeridos por especialistas certificados.
RECOMENDACIONES
El sol, la contaminación, las sustancias químicas y los tratamientos de belleza, pueden convertirse en enemigos de la cabellera, estropeando la imagen que se desea proyectar. Para evitar que esto suceda, es importante acudir con un especialista que pueda realizar un diagnóstico del estado del cabello, y sólo en base a ello, hacer las recomendaciones necesarias acerca del uso de productos para cada caso.
A la par de los tratamientos, resulta fundamental mantener una buena alimentación basada en verduras y zumos, que ayuden al sano crecimiento del cabello. Los alimentos recomendados son las naranjas, limones, manzanas y zanahorias, por su alto contenido en vitamina C.
MITOS
Una de las prácticas que algunas personas realizan es rapar a los bebés para que el nuevo cabello crezca más resistente. Sin embargo, esta creencia es falsa. El grosor y la cantidad de cabello en una persona se define hasta el primer año de vida. La cabellera con la que nacen los bebés recibe el nombre de «lanudo», misma que va desprendiéndose de manera gradual durante los primeros seis meses de vida.
Asimismo, algunas madres de familia optan por rapar a sus pequeños para que el nuevo cabello crezca de manera uniforme, pero esto no podrá influir en el grosor o la forma del nuevo cabello. También la idea de que el cabello no debe lavarse todos los días es falsa, ya que el cuero cabelludo produce grasa que debe ser eliminada de manera diaria, de lo contrario, se producirá el desprendimiento del cabello.
LOS EFECTOS DEL SOL
A pesar de que el cabello es una de las defensas del cuerpo para contrarrestar los efectos del sol en la piel, éste puede sufrir deshidratación cuando se realizan exposiciones prolongadas. Ante esto, se recomienda reducir el tiempo de exposición del cabello al sol, así como limitar el uso de secadoras o planchas.
Correo-e: lperez@elsiglodetorreon.com.mx