El taller para la creación de este glorioso producto consiste en explicar 'la elaboración del chocolate'.
El cacao fue descubierto por nuestros antepasados españoles a principios del Siglo XVI, cuando Cristóbal Colón y su tripulación, anclados en la isla de Guanja frente a las costas de lo que hoy es Honduras, recibieron como presente de los habitantes de esta isla unas pequeñas nueces de forma ovalada y color marrón.
El elíxir del cacao se encuentra al alcance de los veracruzanos, su tratamiento y conversión al chocolate es uno de los talleres gratuitos impartidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el puerto de Veracruz.
El taller para la creación de este glorioso producto consiste en explicar "la elaboración del chocolate, difusión de su historia, de donde viene y cómo la gente convive con el chocolate; y al final, los participantes prueban y se llevan su chocolatito", informó la coordinadora del departamento de difusión del INAH Veracruz, Pilar Caro Sánchez.
Este programa educativo está dirigido a todo público y se imparte a niños, jóvenes y adultos, a toda persona interesada en conocer este alimento lleno de historia y relación con la cultura veracruzana.
La investigadora Pilar Caro explicó, este taller "se imparte en diferentes sitios, en donde nos los soliciten, en su mayoría en escuelas de diferentes niveles", así como en el Baluarte de Santiago de forma permanente.
La milenaria historia del cacao en México apunta a Hernán Cortés, quien a su llegada a Veracruz disfrutó del brebaje preparado por los aztecas, mismo que compartió posteriormente con los reyes españoles, quienes encantados por el sabor, vieron en el producto un valor monetario.
Sin embargo, Hernán Cortés descubrió adicionalmente en el brebaje de cacao un valor alimentario, pues describió: "Cuando uno lo bebe puede viajar toda una jornada sin cansarse y sin tener necesidad de alimentarse".
El cacao forma parte de la historia de Veracruz, en algunos municipios, además de prepararse chocolate, se preparan otros productos derivados, como ocurre en el municipio de Tlacotalpan, donde se sirve el "popo" una bebida inolvidable para el paladar.