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EL CRISTAL DE LA DEUDA

Por Salvador Kalifa

Según el famoso poema de Ramón de Campoamor, todo es según el cristal con que se mira. La crisis actual por la deuda del Gobierno Federal en Estados Unidos (EU) es un ejemplo de esta expresión, cuando vemos que políticos republicanos se oponen firmemente al crecimiento de la deuda y los demócratas lo defienden.

Siete años antes, la situación era exactamente la opuesta. El entonces Senador Barack Obama, en un discurso pronunciado en marzo de 2006, cuando el Presidente George Bush solicitó elevar el techo de la deuda, se opuso vehementemente.

Como crítica al Presidente Bush dijo: "El hecho de que estemos ahora debatiendo elevar el límite de la deuda de Estados Unidos es una señal del fracaso de su liderazgo. Es una señal de que el gobierno de Estados Unidos no puede pagar sus cuentas. Es una señal de que ahora dependemos de la asistencia financiera de países extranjeros para atender las políticas imprudentes de nuestro gobierno. Elevar la deuda de Estados Unidos nos debilita interna y externamente".

A finales de junio de 2011 Barack Obama, ya como Presidente de EU, sufrió una metamorfosis impresionante, cuando buscando elevar la deuda del gobierno expresó: "Para el 2 de agosto, nos quedaremos sin herramientas para asegurar el pago de nuestras deudas. Así que ésta es una fecha límite rígida. Espero que todos entiendan que ésta es una cuestión que tiene que ver con los empleos. No es algo abstracto. Si el gobierno de los Estados Unidos, por primera vez, no puede pagar sus deudas, si no cumple sus compromisos, entonces las consecuencias para la economía de EU serán considerables e impredecibles".

Ahora vuelve a presentarse la necesidad de ampliar el límite de endeudamiento del gobierno estadounidense. Esta semana la Cámara de Representantes tiene programado decidir si pasa el problema hacia delante, autorizando el alza de ese límite por tres meses con el fin de dar tiempo para que se discuta y apruebe el presupuesto.

Como crítica al Presidente Bush dijo: “El hecho de que estemos ahora debatiendo elevar el límite de la deuda de Estados Unidos es una señal del fracaso de su liderazgo. Es una señal de que el gobierno de Estados Unidos no puede pagar sus cuentas. Es una señal de que ahora dependemos de la asistencia financiera de países extranjeros para atender las políticas imprudentes de nuestro gobierno. Elevar la deuda de Estados Unidos nos debilita interna y

externamente”.

En toda esta discusión, sin embargo, es interesante observar que la posición del presidente Obama sigue siendo diametralmente opuesta a la del senador Obama, que en el aumento de la deuda veía un fracaso del liderazgo del presidente así como un debilitamiento interno y externo de EU.

En la última conferencia de prensa de su primer mandato advirtió que si los congresistas republicanos no aprueban un mayor límite de endeudamiento sería "irresponsable. Es absurdo… porque ello se traduciría en menor crecimiento, quizá hasta una recesión".

El límite de la deuda pública federal en EU cuando tomó posesión como Presidente en enero de 2009 era de 11,315 mmd. Para enfrentar la Gran Recesión de 2008 y 2009 su gobierno mantuvo la política fiscal expansiva del Presidente Bush, el déficit en las finanzas públicas creció y, con ello, la deuda gubernamental.

De esta manera, el Presidente Obama solicitó y obtuvo aumentos al límite de esa deuda en tres ocasiones: el 17 de febrero y el 28 de diciembre de 2009, y el 12 de febrero de 2010, llevándolo hasta los 14,294 mmd.

El Presidente Obama volvió a solicitar tres aumentos adicionales, el último el 27 de enero de 2012, colocando el límite de endeudamiento en 16,394 mmd. Es decir, que en su primer período presidencial, Barack Obama aumentó en 44.9 por ciento el límite de la deuda pública de EU, cuyo total ya era de 98.7 por ciento del Producto Interno Bruto al cierre de 2011.

Es evidente, hasta para los más entusiastas partidarios de una política fiscal activa, que esta tendencia es insostenible en el mediano y largo plazo, por lo que EU requiere de un programa creíble de saneamiento fiscal.

Éste era el propósito del acuerdo bipartidista que se logró en noviembre de 2011 y que trataba de aumentar los ingresos y reducir los gastos del gobierno de EU, entrando en vigor automáticamente el 1 de enero del presente año y al cual se le conoció después como abismo fiscal.

Un supuesto para cumplir sin problemas ese acuerdo era que la recuperación económica ya estaría en condiciones de sostenerse sola y que los estímulos fiscales podrían retirarse sin descarrilarla. La realidad de 2012 fue que la expansión era todavía muy frágil y que el abismo fiscal sería un golpe demoledor.

Ante ello se llegó el primero de enero de este año a un mal arreglo que evitó el colapso de la recuperación económica en EU, pero que fue llamado por la revista británica The Economist como el momento europeo de EU, ya que mantiene aún sin solución el problema de la deuda.

El principal obstáculo para resolverlo es que los políticos en EU siguen polarizados, sin que republicanos ni demócratas cedan en sus exigencias. Se avecina, por tanto, en la discusión del presupuesto, una nueva confrontación, mientras permanece el desequilibrio fiscal sin una solución duradera.

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