El 7 de julio los ciudadanos coahuilenses y duranguenses, al igual que varios estados del país elegiremos a las autoridades de los ayuntamientos (presidente municipal, regidores y síndicos). En el fronterizo estado norteño de Baja California se elegirá también gobernador.
Es importante hacer una reflexión de lo que representa para los ciudadanos sus derechos políticos y especialmente el derecho al voto.
El término derechos políticos es una expresión que se relaciona con los fundamentos del poder político democrático (gobierno de la mayoría) y legítimo (aceptado voluntariamente por los ciudadanos).
Podemos afirmar que existen derechos políticos clásicos (de votar, ser votado y de asociación política); son derechos especiales (prerrogativas) que se conceden a un grupo especial de seres humanos (ciudadanos).
Mientras que los demás derechos humanos se reconocen en forma general a todos y todas las personas sin distinción de raza, edad, sexo, idioma, religión, opinión política, nacionalidad, posición social, capacidad económica o cualquier otra condición, los derechos políticos en cambio se reconocen solamente a los nacionales y dentro de ellos exclusivamente a los que tienen la calidad de ciudadanos y cuentan con credencial para votar.
La Enciclopedia de Política de Rodrigo Borja (F. C. E. México, 2002, pp. 371-372) señala como derechos políticos: el de participar en el Gobierno del Estado, elegir y ser elegido, tomar parte en los plebiscitos, recalls y otras formas de consulta popular, desempeñar funciones públicas, militar en los partidos políticos, opinar y expresar libremente las opiniones sobre cuestiones del Estado y los demás referentes a la vida política de la comunidad.
En este sentido podemos afirmar que un primer aspecto del voto lo constituye una capacidad que se otorga a los ciudadanos para elegir a sus representantes políticos y de aprobar las decisiones políticas fundamentales de una nación mediante un referendo o consulta popular (voto activo).
Un segundo aspecto de este derecho es el que se refiere a la igualdad que tienen los ciudadanos para ser postulados y electos en los cargos de representación popular especificados en el orden jurídico (voto pasivo).
* Somos respetuosos de las garantías de libertad y secrecía del voto de los ciudadanos de Coahuila y Durango. Lo que ofrecemos son elementos de información y análisis para una mejor elección.
Hemos dicho anteriormente que el candidato Miguel Riquelme está muy enchanchado en la problemática de Torreón (es un buen candidato), aunque la elección se ve media suelta para lograr un nivel aceptable de participación (legitimidad) como la votación de gobernador de Coahuila Rubén Moreira en 2011 o la de Hugo Chávez (QEPD) en Venezuela (55% de votación a su favor de un 80% de participación).
Le falta operar tipo "líder social" (al igual que a otros candidatos) de relación directa (sin intermediarios) con la sociedad y con los Símbolos (instituciones o personajes) de Torreón. Algo parecido a Humberto Moreira (en su mejor momento) y a Enrique Peña Nieto como gobernador en el Estado de México.
Un virtual triunfo del PRI en Torreón tiene dos caras de una moneda. Algunos priistas no desean un triunfo en La Ciudad de los Grandes Esfuerzos para no tener que seguir en el futuro el buen ejemplo del Estado de México donde el hoy gobernador Eruviel Ávila salió del municipio de Ecatepec y no de la capital Toluca, como había sido tradicionalmente.
Un presidente municipal en Torreón hoy en día es un candidato natural (con justicia) a la gubernatura próxima y acercaría consecuentemente a Coahuila con Estado de México. Por otro lado, el triunfo priista consolidaría también al PRI en el estado y la gestión del actual gobernador Rubén Moreira.
De Chuy de León lo que se puede decir es que es amigo de Guillermo "Memo" Anaya, cuya administración también fue exitosa (ganó en 2002 y 2005; mejor que Jorge Zermeño; perdió el PAN la alcaldía en 1999).
Si hay una región en Coahuila donde el PAN tiene un voto duro muy fuerte es Torreón. Sin embargo, el voto rudo (35%) no alcanza, Chuy para crecer deberá sacar una receta nueva (formula política de gobierno) más atractiva para los aguerridos ciudadanos torreonenses.
Raúl Sifuentes Guerrero candidato de Movimiento Ciudadano y de un partido político local y el ex alcalde panista Jorge Zermeño (voto útil) pueden ser el fiel de la balanza en una elección que se vislumbra muy cerrada.
JUANMEX2000 en Twitter