Elba Esther Gordillo estaba condenada a perder su poder, pero nadie imaginó que sería tan pronto y en una acción judicial casi perfecta en donde no hubo violencia ni filtraciones que complicaran su arresto.
Originaria de Chiapas y al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación desde 1989 tras la caída de su jefe Carlos Jongitud Barrios, Gordillo terminó de escribir su epitafio el pasado lunes al no asistir a Palacio Nacional a la promulgación de la Reforma Educativa.
Molesta, orgullosa y desafiante, la maestra Gordillo se dedicó a denostar la propuesta educativa del presidente Enrique Peña Nieto a pesar de haberla aplaudido el pasado primero de diciembre.
La investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda se inició prácticamente al tomar posesión Peña Nieto, pero fue hasta el martes pasado cuando se concretó el arresto de Elba Esther acusada de malversar más dos mil millones de pesos de su sindicato.
Nos preguntamos si lo mismo habría ocurrido si Elba Esther, en lugar de rumiar contra el nuevo gobierno en su residencia de Coronado, California, se hubiera presentado en Palacio Nacional para aplaudir la primera y sustantiva reforma del nuevo régimen.
Fue un presidente de extracción priista, Carlos Salinas de Gortari, quien encumbró y dio poder sin límites a Elba Esther. Ahora el gobierno priista de Enrique Peña Nieto decide bajarla de la cúspide para recluirla en una prisión femenil del Distrito Federal.
Las acusaciones sobre desvíos de los recursos sindicales, amén de las compras veleidosas de la maestra de propiedades en el extranjero, ropa exclusiva e incluso cirugías estéticas, no son nuevas ni eran desconocidas para las autoridades y el pueblo mexicano.
Elba Esther Gordillo, al igual que infinidad de otros líderes, gobernadores, alcaldes, políticos y algunos expresidentes, debían desde años atrás tener como residencia una cárcel mexicana y no sus lujosas mansiones de Las Lomas, Pedregal, Miami, San Diego o París.
Pero el sistema mexicano judicial todavía no quiere funcionar a plenitud y requiere de factores externos para que los casos sean expeditos, en esta ocasión el factor político.
Joaquin "La Quina" Hernández Galicia, célebre por su captura violenta en el gobierno de Carlos Salinas, sentenció en cinco palabras su opinión sobre la reciente detención: "Fue un acto de justicia". Mas no por el hecho de desfalcar las arcas del sindicato, sino por su "traición al maestro Jongitud".
Elba Esther también traicionó al PRI en enero de 2005 cuando optó por formar su partido -el Partido de la Nueva Alianza-y aliarse con los regímenes panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.
La maestra ocupó múltiples cargos en la dirigencia del SNTE y además fue diputada federal en tres ocasiones y una vez senadora, siempre postulada por el PRI.
Su vanidad y arrogancia la condujeron a romper su relación con su partido de origen que estuvo en vías de de ser restaurada en la pasada campaña presidencial cuando PRI y Panal formaron una efímera alianza de apenas dos meses de duración.
Por todo lo anterior no es ninguna casualidad que el arresto de la lideresa ocurriera un día después del desaire en contra del presidente Peña Nieto. Como en el pasado, el sistema presidencial mexicano permite críticas y discrepancias, pero no el menosprecio a una invitación especial y menos para la promulgación de la primera reforma constitucional del régimen.
Algo no huele del todo bien en este trabajo de la Procuraduría General de la República que cuidó los mínimos detalles técnicos para no cometer excesos ni arbitrariedades legales.
Sin embargo, la investigación no surgió de una denuncia del interior del sindicato que es el ente agraviado como tampoco se citó a declarar a presuntos culpables y testigos de la materia. Como si hubiera realizado un asesinato, la Gordillo fue puesta tras las rejas de donde quizá no volverá a salir en por lo menos los siguientes seis años.
Y ahora la pregunta obligada: ¿cuándo se tomarán acciones similares en contra de los exgobernadores Humberto Moreira, Mario Marín y del senador y líder petrolero Carlos Romero Deschamps, entre otros tantos políticos delincuentes que asuelan a México?
FE DE ERRATAS
La entrega de los Oscar se realizó en el Teatro Dolby que llevó el nombre de Kodak hasta mayo del año pasado.
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