¿La taza de café o el taco nocturno?
Existen una enorme cantidad de teorías sobre la relación de pareja, sus encuentros y desencuentros, existen cursos religiosos, encuentros de pareja, programación neurolingüística para dos y otra buena cantidad de terapias psicológicas que van desde Freud hasta la teoría constructivista.
Decir que esta línea es mejor que la otra sería muy complicado, porque cada pareja encontrará el mejor sistema de acuerdo a su historia y sus necesidades, habrá parejas con conflictos internos muy importantes en donde algunos o los dos miembros tienen problemas patológicos serios que resolver y juntos son dinamita, otras parejas, en cambio en las que existe el amor todavía y sólo faltan algunos ajustes en la comunicación.
Afortunadamente o desafortunadamente, el Internet y las redes sociales han propiciado de algún modo que las relaciones en la actualidad sean más asequibles, y por lo consiguiente menos intimas, menos cercanas, eso sí más apasionadas e intensas, pero por lo mismo, menos comprometidas.
He cierto que existen parejas con una gran estabilidad y comprometidos en el desarrollo de su relación y de sus proyectos personales, pero desde luego las redes sociales han hecho de las suyas últimamente, propiciando el modelo de que las parejas entre más intensas, rápidas, sexuadas y ligth van a ser mejores que una aburrida, larga y cotidiana que sólo se da en viejitos de otra época.
Se piensa que para enamorar a su pareja se debe de tomar unas cuantas pastillas azules, aunque usted no tenga problemas de erección, que debe de tener un cuerpo formidable y ser deseado, que su pareja debe suspirar por usted a cada instante, y no importa dónde esté, lo trascendental será acceder a un sexo que lo llevará al clímax y descubrir el elixir de la vida, aunque usted no sepa ni con quién se está acostando.
La idea de lo repetido, lo de todos los días, de lo "mismo de siempre" asusta a nuestros jóvenes cuando hablamos de relaciones de pareja, cuando sólo es una manera polarizada de ver una de las partes de las relaciones. Aunque luego hay algunos jóvenes de 50 años que quieren seguir en esta onda y andan publicando su foto en facebook en tanga que ni Jorge Rivero en sus buenos tiempos se atrevería a posar.
Ya sé que mi estimado y empapado lector pensará que eso de no poder escribir en esta columna durante algunas semanas le provocó daño a este divanero, pero no es así, todo esto viene a raíz de una plática común y constante que escuché de mis padres durante varios días, donde se repetía una y otra vez la vuelta de mi papá por el café que tanto le gusta a mi madre y que aquel cansado y medio dormido va a traer con tanto esfuerzo, o la preparación de un "taco" en la noche de parte de mi madre para mi padre, cuando existe un cansancio perpetuo por el cuidado de los nietos, el aseo de la casa y la atención diaria, que haría que mi madre prefiriera mejor dormir que preparar un taco, o como dice ella dos o tres, que para el caso es el mismo esfuerzo.
No es mi intención estar ventaneando a mis padres con el discurso, ni intentar decir que ellos son la mejor pareja sobre la tierra, aunque pensándolo bien para mí, siempre lo serán, por cierto menuda friega para este servidor que ni a los talones les llega en cuanto a pareja ni ser buen padre. Pero el punto es que el sexo intenso, las miradas amorosas, la baba escurriendo, las mariposas en el estómago, la cara de Elba Esther, el sudor de las manos, las posiciones eróticas, si hacen de nuestra relación algo intenso y apasionado, pero nunca jamás se llegarán a comparar con la intimidad, duración, respeto, tolerancia y conocimiento mutuo del taco de frijoles con huevo y la tasita de café…
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