EL OBJETIVO ES…
Hace algunos días asistimos a la final de futbol de nuestros hijos que llegaron al partido que define el campeonato en sus dos categorías. Uno de los encuentros se decidió en penales al final y desafortunadamente para una buena cantidad de padres el resultado fue adverso para nosotros. He de decirle que también en el otro partido final perdimos en penales, por lo que al salir yo me sentía más amigo del Cruz Azul que el chaco Jiménez.
Pero el asunto del que les quiero platicar no es ése, sino lo que sucedió en uno de los encuentros, que fue la intervención de los entrenadores del equipo ganador a una decisión arbitral que al término del encuentro repercutió en el resultado.
Sé que usted mi estimado y no bien ponderado lector dirá que este divanero está algo ardido y no por los 40 grados de temperatura de la semana, sino por haber perdido los dos encuentros, ya con camisas de campeones hechas y la champaña pagada con puntos en la Soriana, pero no es así.
Lo invito a pensar por un momento en lo siguiente ¿Cuál es el objetivo de que niños de 10 a 12 años jueguen? ¿Qué se busca? ¿Ser triunfadores? ¿Aprender sólo a ganar? ¿Aprender a ser políticos en el futuro para México? El objetivo, creo yo, es que los niños aprendan a convivir, aprender reglas, hacer amigos, aprender de las derrotas y victorias, pero sobre todo que el deporte sea un medio para aprender del mundo adulto de una manera sana y alejándolos cada vez más de las adiciones a los video juegos, alcohol, droga, entre otros.
Sucede, que como le comentaba, el juego se decide a través de una decisión arbitral que es cambiada por los entrenadores del colegio en el cual se desarrolló el encuentro, quienes no pudieron aceptar que el jugador había incurrido en una falta, apreciable para todo mundo incluso para el árbitro que la había marcado en primera instancia, para después terminar con el resultado adverso al beneficiario inicialmente de la falta.
Entendemos que las decisiones del árbitro son falibles y que se puede equivocar, es parte del juego, incluso de la vida, pero cambiar una decisión "echándole" montón, produce que los chavos de ambos equipos aprendan que lo importante es ganar, aún si tiendes a utilizar artimañas que te lleven a ese objetivo, entonces pregunto yo ¿Cuál es el objetivo del desarrollo del deporte?
En un país en el que la corrupción está al parecer en el ADN, enseñarles a los chavos, que por cierto son el futuro de nuestra nación, a ganar a como dé lugar, a no ser tolerantes en la derrota, a tratar de convencer a la autoridad de que cambie de opinión, a no respetar las cosas no parece ser la mejor medicina para este México que tanto necesita cambiar.
Estoy de acuerdo que es sólo un juego nada más, y que el ser perdedor cuando uno expresa sus opiniones se tachan de ardido y le andan diciendo a uno que parece Garnier, pero estoy totalmente convencido de que la manera de cambiar las mentalidades es desde pequeños, enseñándoles a los niños a ser tolerantes con la frustración, pero sobre todo y a pesar de todo, respetar las reglas y saber que se puede ganar o perder, así es la vida, pero no haciendo que las cosas cambien, que de esto estamos hartos de que el poderoso mande, que el jefe abuse, que el político robe, que el gobernante mienta, y que el que puede más abuse de su poder.
Pero en fin, nos quedaremos con lo bueno, por lo tanto una felicitación a los chiquillos que han elegido el deporte como medio de expresión de sus sentimientos y anhelos más profundos y un aplauso a los padres que en lugar de echarse sus caguamas con el pretexto del calor, se dan unas horas para disfrutar, compartir y conocer a sus hijos, en un ambiente elegido por éstos y sobre todo una experiencia que jamás olvidarán, aunque nos sigan llamando la Máquina Cementera del Francés.
¡Hasta la próxima!
Siglo tv: El diván de Miranda.
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