ÉCHALE GANAS
Con la llegada de los 40 años, la aparición de algunas canas, la prominencia aun mayor de la zona abdominal, los problemas de circulación o simplemente por querer tener una figura más estética o una vida más sana muchos de mis contemporáneos acudimos al gimnasio regularmente.
Según mi esposa existe otra especie que raya en la locura que son los que asistimos a hacer nuestra rutina alrededor de las cinco de la mañana, que después de incorporarnos despertamos al gallo para que inicie sus funciones de avisarles a los demás que ya es hora de despertar.
Dentro de esta serie de señores locos que en el fondo deseamos afanosamente dejar de crecer o permanecer en la juventud de manera perpetua, existe un chavo, que digo yo un jovenzuelo, de escasos 40 años, que todos los días asiste al gimnasio con el mismo entusiasmo, sin embargo con una característica especial: habla con él mismo.
Sé mi estimado lector sé que usted pensará en su cabecita supergastada por uniformes, colegiaturas, mochilas, zapatos que todos hablamos con nosotros mismos, he cierto, pero él lo hace en voz alta, y se dice cosas como "Échale ganas", "Tu puedes" "Te faltan más series" "Ánimo" "Tú vas a poder", etc. Les confieso que la primera ocasión que lo escuché, me acordé de que algunos compañeros me decían que no había que hacer ejercicio tan temprano, porque se le podrían ir las cabras al monte por la falta de descanso, y pensé que este individuo no sólo las cabras habían emigrado, sino todo el rancho completo.
Pero ¿Cuál es la intención de traer a colación a una persona ejercitándose? Me pareció sumamente interesante compartírselos, porque nos habla en términos muy prácticos de lo que es la motivación o automotivación como dicen algunos colegas psicólogos. ¿Cuántas veces no buscamos en el exterior la aprobación? ¿Nos frustramos cuando no nos apoyan? ¿Nos da vergüenza expresar en público nuestros pensamientos? ¿Por qué se nos acaba la gasolina? ¿Por qué mi hijo quiere pertenecer al CNTE? He cierto que no es necesario hablarnos en voz alta para motivarnos, ni hacer públicas todas nuestras necesidades, lo que sí es encomiable de parte de este muchachón, es la constancia primero para asistir al gimnasio y después mucho más trascendental la forma en que se motiva, que hace su rutina, las ganas que le pone a cada ejercicio, me hizo recordar estas películas chochenteras de Rocky, que aunque muy malitas, se volvieron un icono de motivación para toda una generación con el clásico: "Si no te duele, no hay ganancia".
Aplicándolo a nuestra vida diaria, pensemos en cuantas ocasiones no se nos acaba el combustible para llegar a nuestras metas propuestas, en cuantas ocasiones no hacemos caso de nuestra voz interna y desistimos de nuestro propósitos sólo porque las personas a las que les hemos dado autoridad nos desaprueban, la forma que educamos a nuestros hijos o alumnos diciéndoles que se bajen de la nube y que piensen en pequeño, como quiera pueden ser diputados en el futuro o tengo un compadre en Comisión Federal que me puede ayudar a acomodarlo, en lugar de decirles que sigan sus sueños, le pongan empeño y compromiso para lograrlo.
Insisto, hablar con uno mismo en público no es la solución, pero el primero en el que tenemos que creer es en uno mismo, en valorar nuestras virtudes, tolerar nuestros defectos y perderle el miedo a decir lo que pensamos y seguir nuestros sueños, tratar de ser el mejor en lo que haces y así contagiar a los demás de que se pueden lograr los objetivos y sobre todo darnos cuenta de que la mayoría de las metas propuestas depende de nosotros a través de la constancia y el compromiso.
Estamos en este momento en nuestro país, no sólo en una crisis económica, sino en una ausencia de los chavos por los intereses comunes y por quererse ver cada vez más como los demás los quieren ver y no como realmente son, un celular nuevo cada 6 meses, una novia nueva cada instante, la ropa de marca, el cuerpo más delgado, la mayor cantidad de amigos en el face, el Halo 65 recargado, pero sin saber a dónde van, que los hace felices y sobre todo cómo lograr que sus sueños se hagan realidad.
Espero seguir yendo a hacer deporte, por una mejor salud, pero también deseo encontrarme a más locos como el que mencionamos, que en pocas palabras le vale lo que el otro diga de él y le importa mucho lo que él mismo opine sobre su sí mismo.
Facebook: Toño Miranda, el psicólogo de cabecera.
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