Las pantallas, el buen fin y la reelección salinista
Algunas semanas atrás tuvimos por tercer año consecutivo si la memoria no me falla, el buen fin en el cual aparentemente se ofertan artículos con el objetivo de beneficiar la anoréxica economía mexicana. Una pregunta para usted mi estimado lector futbolero ¿Cuál era el artículo que más vio usted en los carritos de las tiendas comerciales? La respuesta parecería algo complicada, pero haga memoria por algún momento, cierre los ojos, relájese y piense… no, no piense en Ninel Conde, ni en la portada del TVNotas de esta semana. La respuesta es una pantalla de x cantidad de pulgadas. ¿A poco no? Mi segunda pregunta es ¿Cuánta gente en verdad la necesita? Y de una vez ya encarrilados como los esmeraldas de León ¿Pueden costear la cantidad a pagar de esa pantalla con su raquítico sueldo? Desafortunadamente mi querido y muy estimado divanero lector, las dos respuestas es en la mayoría de los casos NO.
Decimos lo anterior no porque el grinch se ha apoderado de nosotros en esta temporada navideña, sino porque los números, la estadística, la economía, los costos, los pasivos o activos, o como usted le quiera llamar nos dicen que la mayoría de los mexicanos no podemos costear aparatos tan lujosos y sobre todo innecesarios para el grueso de la población. Entonces ¿Por qué los compramos? Por la sencilla razón de que nos dejamos llevar por la mercadotecnia, porque lo que nos dicen que necesitamos para estar mejor en la vida es determinado aparato, determinado coche, determinada figura y determinada pareja, por tal motivo nos endeudamos con aparatos que pensamos que son una ganga al momento de adquirirla para al final darnos cuenta de que no estaba dentro de nuestras posibilidades.
La respuesta de muchos es "estaba a meses sin intereses" sí, pero la gente no sabe que ese dinero se descuenta o se agrega a las decenas de deudas anteriormente adquiridas.
Ahora vayamos a las reformas que se están discutiendo en el país: la energética, la fiscal, la política, dentro de las más importantes. ¿Sabía usted que se plantea permitir a nuestros legisladores reelegirse, e incluso que puedan cambiar de partido y estar dentro de esta misma posición? ¿Pero en que nos hemos centrado últimamente? Muchos de nosotros nos hemos enfocado en los errores del ciudadano presidente al confundir una ciudad de la República Mexicana, o estamos atentos a la llegada a la meta del Teletón, o si el grupo que le toca a México en el mundial de futbol es hadoc para el equipo tricolor. Esto se parece mucho a la época del salinismo donde el chupacabras, solidaridad y el tratado de libre comercio nos hacían sentir un país de primer mundo para luego caer en la triste realidad y que todavía se endilga al trágico error de diciembre.
¿Cuál es el punto al que pretendo llegar? Pues al de la información, al estar enterado de las cosas, a ver la realidad desde el otro punto de vista, quizás no se tenga razón, y es muy válido, pero si sería importante cuestionar si lo que nos dicen es verdad, o ya no verdad, sino es un artículo que necesitamos, si lo que pensamos por determinada persona o política pública es cercana a la realidad o solo es porque nos dijeron o lo vimos en la televisión, si la pantalla de 65 pulgadas es lo mejor para el hogar o tener una mejor cocina o de plano tener cubierto el sustento en cuanto a necesidades básicas.
Se acerca una temporada de gastos, con un crecimiento económico casi nulo, por lo que será importante pensar en que es lo que verdaderamente necesita su hogar y no solo pensar en lo que necesita su autoestima. ¿No cree?
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