El ejercicio y tu perro
Tener un perro es una decisión que no debe limitarse a pensar en la raza. Las implicaciones de llevarlo a casa abarcan más que proporcionarle un lugar para dormir, agua y comida: necesita ejercitarse. Y usted, como su dueño, es responsable de ello.
Por compañía, gusto, por diversión, estatus o cualquiera que sea el motivo de la adquisición de un perro, es básico tomar en cuenta que su presencia en el hogar conlleva una serie de cuidados. Algunos son básicos como la alimentación y el aseo; pero a muchos les pasa desapercibido otro factor vital: el ejercicio, pues junto a los dos anteriores es un fundamento para su buena salud.
Enfermedades como la diabetes, la obesidad y los problemas del corazón no son exclusivas del ser humano; los perros también las desarrollan y por la misma causa: un deficiente estilo de vida.
Así como las personas de todas las edades requerimos adoptar buenos hábitos que incluyan la realización frecuente de algún tipo de actividad física a fin adquirir y mantener una salud óptima, los perros también lo necesitan o de lo contrario quedan expuestos a padecimientos como los ya mencionados, e incluso a favorecer la presencia de colesterol y triglicéridos elevados, problema que hoy en día registra altos índices de prevalencia en canes.
HÁBITOS COMPARTIDOS
Desde tiempos ancestrales se ha dicho que el perro es el mejor amigo del hombre, por varias razones; entre ellas, el lazo sentimental que indudablemente logra desarrollar con su familia humana a través de la convivencia. Sin embargo en los tiempos actuales esa relación cercana ha traído consecuencias a la salud canina.
Y es que a diferencia de épocas anteriores, donde para la mayoría el trabajo exigía al menos un poco de esfuerzo físico, hoy un enorme porcentaje de la población se desenvuelve en puestos donde la labor suele ser más mental que física. A ello se suma que la alimentación es a base de comida chatarra. Todo esto repercute en la energía y al menos en nuestro país, la mayoría de los individuos llega a casa anhelando descansar y relajarse sin hacer nada que demande movimiento, aun si se cuenta con tiempo para ir a correr o al gimnasio.
Es aquí donde se afecta a la mascota, pues se queda acostada junto a su dueño sin tener alguna actividad en beneficio de su salud. Y si además se considera que su comida contiene nutrientes destinados a brindarle energía y ésta no se utiliza, el resultado será un perro obeso y enfermo.
A MOVER LAS PATAS
Para los perros, el ejercicio por excelencia es caminar o trotar. Idealmente la rutina debe prolongarse por un lapso de 20 a 40 minutos diarios. Si las ocupaciones de los dueños son muy absorbentes y no pueden sacarlo cada día, lo mínimo recomendable es tres veces por semana.
Al igual que la gente, si el can no se ha ejercitado antes hay que darle oportunidad de tomar condición para que no represente un desgaste físico importante. Una sugerencia es iniciar con caminatas de 10 minutos diarios e ir aumentando ese tiempo de manera paulatina, conforme se va acondicionando.
La actividad debe llevarse a cabo en un sitio al aire libre, de preferencia donde no haya muchos perros, pues de lo contrario puede resultarle incómodo. Vale la pena advertir la relevancia de no someterlo a temperaturas extremas: en el caso del frío se le expone a enfermedades respiratorias y bajo el sol intenso existe el riesgo de un golpe de calor.
Durante el recorrido es recomendable que el perro vaya al lado de su acompañante, nunca adelante o atrás, pues además de brindar mayor seguridad a ambos la persona se cerciorará de que no coma nada que lo dañe. Hay quienes acostumbran subir a una bicicleta y dejar que su perro corra tras ellos, forzándolo a alcanzar su ritmo; o peor aún: jalan la correa desde su carro. En cualquiera de los casos provocan que no disfrute la caminata y en vez de ayudarlo le acarrean agotamiento.
Otra ventaja de desplazarse a la par con la mascota es observar su lenguaje corporal. El Veterinario Miguel Dávila indica que mucha gente ve a su perro jadear o babear y lo interpreta como sed y en realidad es señal de que está cansado, lo cual significa que necesita una pausa. Hace falta estar muy atento a esa clase de reacciones para encontrar un ritmo que no lo fuerce.
Nadar y jugar a tirar y traer la pelota también son buenas opciones para que el can se mantenga en movimiento.
MEJOR CUERPO, MENOS ESTRÉS
Los beneficios que obtiene el perro del ejercicio son similares a los del ser humano. Su organismo libera endorfinas, las hormonas que contribuyen a la producción de la oxitocina, sustancia relacionada con la sensación de felicidad por tener efectos benéficos para el cerebro. Con la oxitocina, percibe entonces un efecto de estabilidad emocional y a través de éste se pueden eliminar los estados de ansiedad, fobias, estrés. Al respecto, el veterinario explica que si alguien estresado convive con él, le transmite el nerviosismo que trae consigo. Igualmente es motivo de tensión el hecho de permanecer todo el día en casa, solo. Es por ello que el animal requiere ejercitarse para relajarse y mejorar su estado de ánimo.
Por supuesto, los principales efectos positivos serán la optimización de su condición física, además de que eliminará la grasa, aumentará la masa muscular y fortalecerá sus pulmones, todo lo cual contribuirá a que prevenga la aparición de enfermedades relacionadas con la obesidad y la vida sedentaria.
CUESTIÓN DE RAZA Y TAMAÑO
Es preciso destacar que no para todas las razas se recomienda el mismo grado de actividad. Un veterinario resolverá cualquier duda en este renglón, orientando sobre el tiempo y frecuencia acorde a cada mascota.
Por ejemplo, un caso especial son los braquicéfalos (reconocibles porque tienen el cráneo y en particular la cara y la nariz acortadas), como los bulldogs, los cuales deben ejercitarse moderadamente pues muchos de ellos nacen con problemas del corazón debido a que en un alto porcentaje son producto de inseminación y cesárea, y un entrenamiento intenso puede provocarles un infarto.
Por otro lado las razas pequeñas como pequinés, chihuahua o french poodle tampoco necesitan demasiado tiempo en movimiento. Para ellos es suficiente con una caminata de 20 minutos.
EL RESPONSABLE: TÚ
Miguel Dávila, con más de tres décadas de experiencia, advierte que en los últimos cinco años ha observado que al menos el 70 por ciento de los perros que valora no cuentan con una alimentación adecuada y sólo alrededor del 30 por ciento realiza ejercicio, lo cual es una cifra preocupante.
La recomendación del especialista a quienes tienen este tipo de mascota es tomar cartas en el asunto cuanto antes, ocupándose de que darle la oportunidad de ejercitarse con regularidad. A fin de cuentas, el estado del animal llega a ser un reflejo de su dueño.
Asimismo, no debe desestimarse que llevar a caminar al can tendrá un doble beneficio: la mejora de su salud física y mental, y también la de su acompañante humano.
Los perros al igual que las personas requieren muchos cuidados para alcanzar una buena calidad de vida. La diferencia es que ellos no saben qué vigilar: la responsabilidad es de quienes los adoptan como parte de su familia.
Correo-e: egonzalez@elsiglodetorreon.com.mx
Fuente: Médico Veterinario Zootecnista Miguel Dávila.