A poco más de quince días de los bombazos de Boston ya podemos obtener algunas conclusiones sobre este doloroso golpe para Estados Unidos que dejó tres muertos y más de 200 heridos.
Primera: los sistemas de seguridad son insuficientes para prevenir ataques terroristas contra la población civil cuando son domésticos.
Así como ocurrió en el cine de Aurora, Colorado, y en la primaria de Newton, Connecticut, muy poco se puede hacer cuando una persona está dispuesta a todo para cometer su fechoría.
Segunda: a pesar de los grandes esfuerzos por desarticular a grupos terroristas como Al Qaeda, muchos enemigos de Norteamérica viven en "casa" sin que las autoridades logren detectarlos a tiempo.
Al igual que en los atentados de 2001, la historia se repite con los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, autores de los bombazos de Boston y quienes dieron señales de su radicalismo islámico, pero nadie imaginó que cometerían un ataque de tal naturaleza.
El FBI erró al no registrar un viaje a Rusia de Tamerlan durante seis meses en el año 2011, en tanto Rusia restó importancia a una llamada telefónica sospechosa que grabó entre la madre y su hijo mayor.
Tanto Tamerlan como su madre Zubeidat Tsarnaeva estaban en una lista de presuntos terroristas desde finales de 2011, pero ninguna agencia norteamericana llegó a interrogarlos. La señora Tsarnaeva fue acusada además de robar artículos en tiendas de ropa en Boston.
Tercera: lo más dramático es advertir que se trata de jóvenes norteamericanos, en este caso inmigrantes que ingresaron al país en calidad de refugiados y que obtuvieron su ciudadanía al paso de los años.
Ambos hermanos estudiaron, trabajaron y vivieron durante una década en Estados Unidos, pero no se integraron a una vida productiva, al menos en los meses previos al atentado de Boston.
¿Qué falló en el sistema educativo norteamericano o qué faltó hacer para que estos individuos de Chechenia, Rusia, hubieran asimilado la cultura, el idioma y la forma de vivir de Estados Unidos?
¿En qué momento Tamerlan y su hermano menor se refugiaron en el Islam para radicalizar su ideología y llegar al extremo de abrazar el terrorismo?
La cuarta conclusión se refiere a los aspectos positivos que ha dejado esta tragedia en tan poco tiempo.
En primer lugar fue la cordura y efectividad con que las autoridades y la comunidad de Boston respondieron al atentado. En menos de cinco días se dio cuenta de los autores principales de los bombazos, gracias en buena medida a la colaboración de los ciudadanos con la policía.
A diferencia de lo ocurrido en los ataques de 2011 a Nueva York y Washington, el gobierno no respondió con un ataque militar a Chechenia ni exageró las medidas de seguridad que tanto dañaron a Estados Unidos y al mundo entero.
Acabamos de regresar de un viaje a la ciudad de Nueva York y no percibimos el terror generalizado de antaño. Hay policías por doquier, pero vigilan de manera discreta sin afectar el ritmo de vida de la gran ciudad. En aeropuertos y estaciones de metro y tren hay amplia seguridad, pero no se observan militares ni miembros de la Guardia Nacional. Pareciera que Estados Unidos entendió que no le será fácil controlar al terrorismo doméstico y que tendrá que convivir con este maligno cáncer al menos durante unos años.
También ha comprendido que responder impulsivamente al terrorismo ocasiona daños humanos y materiales más costosos como ocurrió con la sangrienta guerra de Afganistán.
Tampoco en esta ocasión los norteamericanos exageraron en sus tradicionales actitudes xenofóbicas. Es probable que el caso Boston afecte la negociación sobre la reforma migratoria, sin embargo nada indica que vaya a ser rechazada.
Sí hay psicosis, miedo e incertidumbre, pero sin caer en la crisis y el caos generalizado de 2001.
APUNTE FINAL
Entre broma y broma, el comediante Conan O'Brien dijo en la cena de corresponsales de la Casa Blanca que hace 18 años nadie imaginó que un afroamericano llegaría a la Presidencia y que lo mismo podría ocurrir 18 años más con el arribo de un hispano a quien le puso nombre y apellido: Presidente Mario López, en referencia al conductor y actor de televisión.
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