Ya con un auto de formal prisión, la maestra Elba Esther Gordillo ha empezado a ser juzgada por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa. Pueden pasar años antes de que sea declarada inocente o culpable.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto parece haber configurado un caso sólido. Ha documentado desviaciones de casi 2 mil millones de pesos de cuentas bancarias del sindicato para cubrir gastos personales de la expresidenta del sindicato.
El proceso, sin embargo, no garantiza que pueda avanzar la reforma que busca mejorar la calidad educativa del país. Los grupos afiliados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación han visto el derrocamiento de la profesora como una gran oportunidad para aumentar su influencia y derrotar la reforma educativa. En consecuencia han llevado a cabo un paro de 48 horas en las zonas que controlan, particularmente Oaxaca, Michoacán y Chiapas, y ayer realizaron marchas en la ciudad de México y tomas de plazas comerciales en Oaxaca.
El que las autoridades permitan que se tome a los ciudadanos como rehenes de movimientos políticos no debe sorprender. Los gobiernos de Oaxaca y la ciudad de México son o cobardes o cómplices cuando los grupos de poder violan los derechos de los ciudadanos. Pero las movilizaciones señalan el comienzo de una campaña de la CNTE en contra de la reforma educativa que será mucho más fuerte o destructiva que la que podría haber encabezado la maestra Gordillo.
Quizá algunas de las exigencias de la CNTE sean razonables. Los maestros disidentes, por ejemplo, piden democracia sindical en un momento en que los jefes de sección del SNTE simplemente ratificaron por unanimidad al viejo lugarteniente de Elba Esther, Juan Díaz de la Torre, como nuevo dirigente máximo del SNTE. Piden también que se revise la idea de que los exámenes estandarizados a nivel nacional puedan servir de instrumento de medición del desempeño de alumnos o maestros; hay en esto último una discusión técnica que debe hacerse. Detrás de estas banderas, sin embargo, se esconde otro propósito: mantener el control del sistema educativo y, sobre todo, de los presupuestos y las plazas. La CNTE ha privatizado en su beneficio la educación en sus zonas de influencia.
Si alguien dentro del gobierno pensaba que el obstáculo a la reforma educativa era Elba Esther, ahora empezará a conocer al verdadero enemigo. No conocemos la estrategia contra la reforma que preparaba la maestra para la XXXVI sesión extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE a la que nunca llegó, pero es poco probable que hubiera sido de una confrontación tan abierta como la que ahora ha ordenado la CNTE con paros magisteriales, manifestaciones, plantones y bloqueos de plazas comerciales.
En otros países, donde se permiten las manifestaciones, pero no los abusos de los grupos políticos contra los ciudadanos, sería quizá relativamente fácil para el gobierno aguantar las presiones de la CNTE. Pero este grupo radical se ha acostumbrado a obtener lo que quiere de gobiernos débiles que no se atreven a usar la fuerza pública ante agresiones a los gobernados.
El gobierno de Peña Nieto afirma que la reforma educativa busca recuperar la rectoría del Estado sobre la educación pública. Elba Esther, pese a sus abusos, era un obstáculo relativamente fácil de superar. Una Coordinadora en son de guerra, a la cual no le importa suspender clases de manera indefinida o agredir a ciudadanos, será un enemigo mucho más difícil.
AÑORANZA
Hugo Chávez murió en el aniversario número 60 de la muerte de Stalin. Imagino que así como todavía hoy hay quien recuerda con añoranza al dictador soviético, Chávez se convertirá en una figura de reverencia en algunos círculos políticos. Cuando se desplome la economía venezolana, sobre todo si bajan los precios del petróleo, ya no se le echará culpa.
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