Ya con el título en las manos de Sebastian Vettel, este domingo 24 se corre el último circuito de la temporada de la Fórmula Uno al desarrollarse, como es ya una tradición, el Gran Premio de Brasil que le da el cerrojazo al Campeonato Mundial de Pilotos y aunque se podría decir que es pura formalidad la carrera en el perímetro de Interlagos, la incertidumbre que resguarda la competencia en el contorno de Sao Paulo es saber si el alemán empatará la marca impuesta por su paisano Michael Schumacher con 13 conquistas en un año como lo hizo con la escudería Ferrari en el 2004.
Al ser el primero que atraviesa con la bandera a cuadros el pasado domingo en el Gran Premio de Estados Unidos, Vettel, que trabaja para la Red Bull, ha establecido una marca que probablemente vayan a pasar años luz para que llegue otro destrampado y la quiebre, como son ocho victorias de manera subsiguiente (a lo mejor la hace un chofer de los Rojos o de los Termo Panteón en Gómez) ya que justamente hace nueve años, Schumacher rubricó siete premios consecutivos.
Desde el pasado Gran Premio de India, el 27 de octubre, el teutón ya se había titulado de manera automática en tetracampeón de Fórmula Uno, logrando, en el contorno de Las Américas, su victoria doce de la temporada, mientras que el español Fernando Alonso, de la escudería de Ferrari, finalizó en la quinta posición, garantizando con ello el segundo lugar ya que sus 225 puntos acumulados supera en 40 unidades a Lewis Hamilton.
Contando con 26 años, Vettel finalizó los 56 giros de la vía de Austin en una hora con 39 minutos y 148 milésimas totalizando los 308.5 kilómetros siendo escoltado por el francés de Lotus, Romain Grosjean, y posteriormente por su colega el australiano Mark Webber, asimismo, para el alemán significa su victoria 38 de por vida en apenas 119 competencias de la máxima categoría.
Y lo que sí se podría llamar como una frustración fue el estreno y el adiós con la escudería McLaren de Sergio Pérez, ya que su destino dentro del Fórmula Uno se encuentra soplando en el viento después de tener un aceptable 2013 con la modesta agrupación de Sauber porque una vez lo conseguido el año pasado, el equipo británico tenía muchas perspectivas con el piloto mexicano, a lo que únicamente le resta finalizar con decoro su año para el olvido.
Después de subir en tres ocasiones al pedestal el año anterior de los cuales se incluían dos segundos lugares en Malasia e Italia, el conductor mexicano se encuentra ahora en un dilema porque a pesar de que tiene el soporte económico del potentado Carlos Slim, el detalle es que se encuentran pocos taburetes vacantes para el 2014, aunque McLaren difundió que se encuentra apoyando al tapatío para que arribe a Force India.
¡Ojalá!.
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