Prácticamente ha transcurrido un mes de actividad del mejor basquetbol que uno se puede imaginar y siempre que se habla de la NBA, de alguna manera u otra se menciona a elementos que son el centro en el mundo mediático por mencionar algunos como LeBron, Kobe, Duncan, entre otros, pero también están aquellos que, calladamente, mantienen un gran nivel en sus equipos pero que siempre quedan desapercibidos porque se encuentran fuera de los reflectores.
Por empezar, se encuentra Chris Paul, ganador del Novato del Año en el 2005-06, que forma una dupla de las mejores con el otro ganador de esta jerarquía en el 2010-11, Blake Griffin, y que provocó un temor con Doc Rivers y la nación de los Clippers cuando se pensó en una lesión seria en el muslo pero afortunadamente, sólo fue un suspiro antes del día de Acción de Gracias porque simplemente no puede ser reemplazado por cualquier jugador en el roster de la escuadra angelina.
Y ni qué decir de Kevin Durant que a pesar de que ha aumentado de peso ha mostrado considerablemente que es más fuerte cada noche con su juego teniendo una fuerza dominante en toda la duela finalizando en el límite con más energía que nunca siendo una buena indicación para el Thunder, que tienen la apariencia de un mejor equipo y con unas reservas que inspiran demasiada confianza con este líder emocional y consejero, que fue algo de lo que careció Russell Westbrook.
Con los Timberwolves (habrá fanáticos aquí en la Comarca?) se encuentra un completo desconocido como Kevin Love, que es el que mueve al conjunto de Minnesota porque cuando él no anda bien, todo el equipo de Rick Adelman se encuentra en el tobogán, y para muestra sólo necesitas apretar el interruptor ya que de sus tiros de campo sólo está ejecutando el 36 por ciento y cuando se trata de disparar fuera del perímetro, sólo le está acertando el 24 por ciento, lo que ha significado que los Timberwolves lo necesitan de vuelta en la llanura.
La temporada pasada, los Pacers acariciaron las finales, sólo que en la antesala se toparon a LeBron y su banda, pero actualmente el equipo de Indiana está teniendo una campaña de ensueño, siendo Paul George la metamorfosis de estrella mostrando un toque malvado de la línea de tres puntos demoliendo un récord personal de 39 por ciento y con una habilidad tremenda para elegir y escoger sus puntos de distancia.
Y por último, Anthony Davis, que edifica sobre su fabuloso primer mes en la NBA un largo camino hacia la determinación, acompañado de una banda de chavos que tratan de construir a la franquicia de los Pelícanos, a un futuro promisorio porque a pesar de que se encuentran en el sur del Oeste en una situación incómoda, estos jóvenes empiezan a inspirar confianza en un mejor mañana para la escuadra de Monty Williams.
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