Qué afortunados debemos considerarnos los aficionados al futbol americano con esta camada de jóvenes que se encuentran en su primer año de la NFL quebrando todas las expectativas que giraban en torno a ellos y con grandes posibilidades de que, si no surge por ahí desafortunadas lesiones, pondrán a la liga todavía acrecentando en ser la más competitiva de todo el planeta.
Un verdadero dilema es el que se encuentra para conocer quién será el novato del año ya que hay tres chavales que sobresalieron dirigiendo ofensivas en sus respectivos equipos teniendo una temporada destacada y que, para que la cereza ponerla de una mejor manera en el bizcocho, los condujeron a la postemporada olvidando hasta lo ocurrido al inicio de la campaña con los errores garrafales de los árbitros sustitutos.
Por empezar, Andrew Luck le regresó a Indianápolis una visa para playoffs contribuyendo en una escuadra que debutaba a un nuevo entrenador en jefe y un principiante coordinador ofensivo por lo que el panorama para los Potros, lucía más negro que una noche de vampiros y todavía agregando que tenía sobre su espalda, la sombra de un futuro miembro del salón de la fama y que era prácticamente, una reliquia en todo el Estado de Indiana.
El hijo de Oliver Lick, fragmentó varias marcas dentro de las cuales, la de Cam Newton de mayor yardas para un jugador de primer año y que, en el encuentro de la semana No. 9 en contra de los Delfines, quebró el registro de más yardas por pase en un partido al alcanzar 433 agregando el de más partidos ganados para un jugador que fue elegido como número uno del draft.
Con los Pieles Rojas, Robert Griffin III le agregó un ingrediente más a la liga con sus excitantes jugadas y que después de ganar el Trofeo Heisman, le devolvió la esperanza a los fanáticos de la capital gabacha siendo un jugador veloz, espabilado y que asimismo, sabe solucionar con inusitadas jugadas, los partidos más embarazosos convirtiéndose en el lugarteniente corredor de la escuadra de Mike Shanahan.
Teniendo aún la forma de conducir la ofensiva como el colegial, el mariscal de campo de los Pieles Rojas fue elegido para el Pro Bowl demostrando que tiene la capacidad de dirigir una ofensiva que había pasado desapercibida hasta que llegó el ex-jugador de Baylor para darle un giro a todo el ámbito del conjunto de Washington y lograr la cúspide del este de la nacional desde 1999.
Lo de Russell Wilson con Seattle ha sido una historia destacada y que, por su grabado, no haya conseguido deslumbrar a los buscadores de los mejores conjuntos de la NFL ya que fue seleccionado como N° 75 pero Pete Carroll algo observó a este jugador egresado de Winsconsin que lo dejó como titular por encima del que parecía que se quedaba con la ofensiva de los Halcones Marinos, Matt Flynn.
Creo que lo va a ganar Luck.
rcerpa@yahoo.com