SIN DUDA el deporte mundial que despierta más pasiones a los mexicanos no se nos da. Se trata del futbol. Una larga historia de fracasos, ilusiones frustradas y esperanzas desvanecidas dan marco a la historia de nuestro futbol.
ALGUIEN QUE FUE responsable de un equipo de futbol dentro de la liga, me contaba en una reunión social cuando se tocó el tema, que en el deporte de las patadas a nivel global (FIFA)se movía más dinero que de droga del mundo.
Con esto nos podemos dar cuenta de los enormes, variados y grandes intereses que existen en esta actividad económica dedicada a la diversión de las masas y no nada más a su diversión, también a su enajenación colectiva. Se trata del opio o droga de nuestros tiempos.
Se ha llegado a tal grado, que ahora resulta que en las pequeñas, débiles y frágiles piernas de nuestros jóvenes pateadores de balones, el inconsciente y el consciente colectivo ha puesto el honor y la grandeza de la patria.
CUANDO LOS JÓVENES futboleros visten la camiseta nacional no se está practicando un deporte cualquiera: está en juego nada más y nada menos que la misma honra y dignidad del país. El consiente y el inconsciente colectivo, más en los pobremente desarrollados, a falta de éxitos reales, buscan con verdadera ilusión y desesperación su éxito en el futbol. No obstante que en otros deportes sus nacionales se hayan distinguido de manera sobresaliente a niveles de ser campeones o subcampeones mundiales, ello poco o nada importa; queremos el triunfo en este único deporte: el futbol.
DE ESTO SABEMOS mucho los mexicanos. Tenemos más de setenta años tratando de ser alguien a nivel mundial, pero con la única excepción del campeonato en los juegos olímpicos, no hemos logrado nada o casi nada en este frustrante deporte.
LA HISTORIA nos ha venido confirmando que no estamos hechos para los deportes colectivos como son el futbol, el basquetbol, voleibol, beisbol o similares. En este tipo de deportes nuestra competencia es nula. Quizá se deba a nuestra propia naturaleza individualista, históricamente la causa de nuestros fracasos, en todas las actividades de la vida nacional.
PERO LOS MEXICANOS sí somos exitosos en los deportes individuales, en aquellos que no tengamos nada que ver los unos con los otros (como en la vida de país generalmente sucede) o en donde la estructura física del competidor no tenga importancia por encontrarse equilibrada, como sucede en el box en sus diferentes divisiones por peso. En los deportes individuales podemos ganarle a cualquiera.
RECORDEMOS POR EJEMPLO en boxeo. En este deporte México ha tenido más de 30 campeones mundiales en todas y las más diversas divisiones, con excepción del peso completo. Actualmente los mexicanos siguen representando lo mejor del boxeo mundial; ahí están los clavadistas mexicanos que han ganado muchísimas medallas y también en natación con sus diversas disciplinas México ha tenido campeones mundial en muchas ocasiones; en nado sincronizado, en la marcha o maratón también hemos tenido deportistas ganadores y competitivos; En equitación hemos sido campeones mundiales.
EN FRONTÓN Y PUNTA SESTA los mexicanos reiteradamente han sido campeones mundiales. En el mismo tenis años hubo en que México brilló en todas las canchas del mundo. En tiro de Arco hemos peleado siempre los primeros lugares; volviendo al beisbol, los equipos norteamericanas han importado cantidad de "pícheres" mexicanos porque en el montículo son muy buenos ya que actúan individualmente, ellos solos y frente al bateador, ellos y el contrario.
ASÍ PODRÍAMOS seguir mencionando otros muchos deportes de tipo individual en donde los mexicanos se han distinguido y han demostrado ser igual o mejor que cualquiera en el mundo; pero en aquellos deportes en donde existe la necesidad de interactuar con los demás, somos un verdadero fracaso.
ES POR ELLO que el futbol no se nos da ni se nos dará. La estructura física de los mexicanos es pobre frente a los jugadores europeos, los de origen africano o suramericano (la excepción han sido Messi y Maradona), pero la gran generalidad se llevan a nuestros jugadores y por mucho, en peso, altura, estructura y fortaleza física.
Si usted saca a todos los extranjeros en los equipos de la liga en donde actualmente juegan aquí en México, nuestra liga quedaría a nivel de una escolar preparatoriana.
COMO DIJO don Agustín de Iturbide: "Hay que ser realistas". El futbol no se nos da. La historia de nuestro futbol y la de sus jugadores profesionales nos reitera esa lección, dura sí, pero que debemos admitir de una vez por todas, para no andar llorando por los rincones (como lo hacía la Zarzamora) cada vez que derrotan a nuestro fracaso nacional equipos de países pequeños, sin población, sin economía, sin medios, sin siquiera una liga profesional de nivel medio; equipos que no tienen estadios, que reúnen jóvenes de fábricas o colegios para uniformarlos y comprarles zapatos que finalmente nos ganan.
ASÍ ES, el futbol no se nos da.
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