Finanzas Buen Fin Aguinaldo FINANZAS PERSONALES Buen Fin 2025

El futuro de las tasas

Por Salvador Kalifa

El jueves de la semana pasada el Instituto Nacional de Geografía e Informática dio a conocer el crecimiento de los precios correspondiente a la primera quincena de este mes, tanto para la inflación general como para la subyacente. El aumento de 0.15 por ciento en el índice general colocó en 3.21 por ciento la inflación anual y vino a confirmar su tendencia descendente durante los últimos meses, así como fortalece la percepción de que Banco de México (Banxico) pudiera aventurarse a una disminución de su tasa de referencia en algún momento del primer semestre.

Así, por lo menos, lo dejó entrever en el comunicado de la reunión de su Junta de Gobierno del viernes 18 de este mes, donde veía con beneplácito la moderación en el crecimiento de los precios.

De hecho, el cierre de la inflación de 2012 fue una sorpresa agradable para todos, puesto que pocos nos imaginábamos en el mes de octubre pasado, incluyendo a las autoridades, que acabaría por debajo del 4, menos aún del 3.6 por ciento. Esta evolución de los precios aumenta el margen de maniobra de la política monetaria de Banxico, que bien pudiera decidirse por disminuir su tasa de interés de referencia en caso de que ocurra alguno o ambos de los siguientes eventos. Por un lado, si la economía mexicana comenzase a perder vigor, sea por factores internos o por un menor dinamismo de Estados Unidos (EU), la reducción de tasas inyectaría más liquidez y favorecería el gasto de inversión y de consumo a crédito en el país. Por otro lado, si la política monetaria laxa de la Reserva Federal (Fed) sigue aumentando la oferta de dólares y apreciando al peso, contribuiría a reducir aún más las presiones internas de precios, pero no sería del agrado de los exportadores y los que compiten con las importaciones, quienes seguramente presionarían a las autoridades para frenar el fortalecimiento de nuestra moneda.

En dicho evento, se abren por lo menos dos caminos para Banxico. Primero, una disminución de tasas para hacer menos atractiva la inversión financiera en nuestro país, aminorar la entrada de divisas y, con ello, la apreciación del peso. Segundo, la cancelación del programa de venta de dólares y la restauración de uno de compra, similar al que estuvo vigente cuando se cotizó por debajo de los 12 pesos, para también así amortiguar la apreciación de nuestra moneda. La decisión de Banxico, hasta ahora, ha sido no mover su tasa de referencia. Considero que esa postura quizá sea la más conveniente para el resto del año. Una disminución de la tasa de referencia para estimular la economía, cuando ésta crece actualmente cerca de su potencial, podría acabar por traducirse en la reaparición de presiones inflacionarias, lo que no sería deseable.

Eso no quiere decir, sin embargo, que las tasas de interés se mantendrán sin cambio. Aparte de la disposición de nuestras autoridades monetarias para reducirlas en la primera oportunidad, me parece que la posibilidad que el peso siga ganando terreno frente al dólar inclinaría la balanza en esa dirección.

En cualquier caso, no debemos perder de vista que la disminución de la tasa de referencia, si se da, o aun si se mantiene en el nivel actual, no sería una política sostenible en el largo plazo. Varios años de política monetaria laxa en EU han contribuido a que sea posible mantener también en México una política monetaria laxa. No obstante, algún día la economía estadounidense regresará a su "velocidad de crucero" y el desempleo se ubicará, nuevamente, por debajo del 6.5 por ciento.

Cuando eso suceda, y la expectativa es que ocurra hacia fines del 2014 o durante el 2015, la tasa de interés de la Fed comenzará a subir, con miras a alcanzar antes del fin de la década su nivel de largo plazo (entre 4 y 4.5 por ciento). En ese contexto, algo similar tendrá que suceder con las tasas de interés en México. No será posible que en un entorno de esa naturaleza Banxico mantenga su tasa de referencia. Hacerlo estimularía una salida de capitales, una depreciación sostenida del peso y, por consecuencia, la reaparición de las presiones inflacionarias.

En síntesis, bajen o no las tasas de interés en México en el corto plazo, podemos concluir que cuando se eleven en EU, que bien pudiera ocurrir en menos de dos años, también se presentará una tendencia alcista de las tasas de, por lo menos, varios puntos porcentuales en nuestro país.

Leer más de Finanzas

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Finanzas

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 834772

elsiglo.mx