El Instituto Nacional del Emprendedor (INE) fundado esta semana por el Presidente de la República. Su finalidad es activar las energías más productivas del país, para extender la ocupación formal y así resolver el desempleo. Dada su entramada burocracia resulta que este nuevo ente será una ventanilla única que como casi todas las que existen, son tapones en lugar de cauces hacia la producción nacional.
Los autores del INE lo conciben como la piedra angular para consolidar un novedoso "ecosistema emprendedor", que no es más que la gama de instituciones e instancias públicas, privadas y sociales, que coinciden en apoyar la inquietud emprendedora individual y de los grupos de ciudadanos. El conocido Fondo Pyme servirá de cajón de apoyo del INE.
El Presidente Peña Nieto designó a Enrique Jacob Rocha como presidente del INE que asume las responsabilidades de la Subsecretaría para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de la Secretaría de Economía. El decreto presidencial asigna al Instituto numerosas atribuciones dividas en tres facetas:
1) Observatorio Nacional del Emprendedor que recaba datos, análisis, estudios, estadísticas, casos de éxito, modelos replicables y otra información de utilidad para la toma de decisiones de los emprendedores y de las micro, pequeñas y medianas empresas del país. 2) Red Nacional de Emprendedores que coordinará a todos los participantes en la ejecución de políticas de apoyo a los emprendedores para generar y aprovechar las oportunidades tanto en el ámbito nacional como en el internacional, propiciando vincular a los emprendedores mexicanos con otros emprendedores, a la academia, incubadoras, aceleradoras, investigadores, sociedad civil, organismos empresariales, empresarios y la función pública, en sus ámbitos de responsabilidad. La Red tendrá a un Coordinador General y cinco Directores Generales, cada uno con sus áreas de apoyo. 3) Un Consejo Consultivo, presidido por el Secretario de Economía, e integrado por el Subsecretario de Competitividad y Normatividad, el Subsecretario de Industria y Comercio, el Subsecretario de Comercio Exterior, el Oficial Mayor, y el Jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos, quienes tendrán derecho de voz y voto. Asimismo, contará con un Secretariado Técnico y tendrá como invitados a los representantes de las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, Turismo, Pro México, Conacyt y, a juicio del Presidente del Consejo, a representantes de los sectores privado y académico, así como de la Asociación Mexicana de Secretarios Estatales de Desarrollo Económico. Estos invitados tendrán sólo derecho de voz. No hay una sola representación del sector laboral.
Siendo el INE parte del "Plan Nacional de Desarrollo Innovador", interactuará con el Sistema Educativo Nacional, desde preescolar, profesional y posgrado, para lograr una cultura de innovación inculcando desde temprana edad "metodologías específicas".
De todo el prolijo entramado anterior se supone que el nuevo organismo proporcione los elementos prácticos para quien tenga un proyecto productivo para así convertirse en un "emprendedor". Pero los apoyos informativos y técnicos son solo una parte de la cuestión.
Por la composición de su Consejo Directivo, todo parece indicar que el INE será un ente más dedicado a la política y se encerrará en sí mismo, como es el caso de muchos organismos del gobierno que al estar integrados por altos funcionarios y sus equipos de burócratas, pronto se olvidan precisamente de los ciudadanos a los que deben servir.
Es necesario que el INE incorpore como miembros de voz y voto a productores y expertos, que son los que están al tanto de las realidades de mercado y de las novedades tecnológicas. Es igualmente indispensable dar seguimiento transexenal a sus políticas y decisiones blindándose contra los inesperados vaivenes de visión y hasta de objetivos que brotan al compás de sucesivas administraciones presidenciales que creen inventar el famoso hilo negro.
El IMCE en los años setenta, estableció las Comisiones Estatales de Comercio Exterior, presididas siempre por un productor, formadas con organismos públicos y privados, locales y federales que creaban la "oferta exportable" y para el mercado interno. Coordinando esfuerzos, las comisiones crearon cientos de nuevos negocios.
El INE debe acercarle al solicitante a personas experimentadas, como son los jubilados y pensionados para que compartan sus conocimientos y experiencia, por lo que debería coordinarse con organizaciones de personas de la tercera edad para que impartan cursos en especialidades y oficios que son la base para crear nuevos negocios, como se hace en Europa y en muchos otros países como Nueva Zelanda.
Hay que sembrar en cada localidad, particularmente en las pequeñas y medianas, el aprovechamiento de recursos locales para crear unidades agroindustriales como las de procesamiento de frutas y legumbres o la explotación vegetal en zonas áridas o tropicales.
El éxito del nuevo organismo tiene la crítica función de aumentar la ocupación nacional. Su concepto no es formar burócratas sino apoyar a los creadores de empleos, en sus nuevos talleres y negocios, creciendo siempre en escala e importancia. En realidad, los "emprendedores" de Peña, son las micro y pequeñas unidades de producción, los Pymes de Zedilllo, los "changarros" de Fox y los "talleres" de Calderón.
No hay nada nuevo bajo el sol. Las ideas útiles suelen ser sencillas en su concepción y ejecución. Tampoco hay que estarlas resucitando tantas veces con grandes alardes mediáticos y publicitarios como sucede en México, cuando nunca debieron haber sido abandonadas, descuidadas o canceladas.
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