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'El Niño Verde'

GILBERTO SERNA RAMÍREZ

No estamos hablando de un gnomo, tampoco de los Pitufos, ni del personaje que con cabeza verde salía hablando con un jumento. Es obvio que nos referimos a un terrible infante cuyas graciosidades lo llevan de la mano al paroxismo más escandaloso que usted se pueda imaginar. Es la exacerbación que se apodera de las personas cuando han venido careciendo de un freno que les evite dar de qué hablar. Él es un joven que llegó a la política a hacer sus pinitos de la mano de su progenitor, a la sazón dirigente de un partido político nacional. Hoy ha vuelto a dar lugar a que la prensa se ocupe de él saliendo a escena en medio del escándalo, como al parecer es su inveterada costumbre. Para eso no necesitó más que ser detenido por manejar su Mercedes Benz en estado inconveniente, cuando uno de estos días, fue detenido e interrogado, mintiendo, se dijo, sobre su verdadera identidad, siendo remitido en horas de la madrugada al centro de detención conocido como El Torito en la capital de la república.

Eso es pecata minuta, la suspensión de un amparo de la justicia federal, lo dejó en libertad. (carajos qué envidia). Antes estuvo envuelto en el escándalo que se provocó con la muerte de la búlgara Galina Chankova Chaneva, quien se cree se suicidó tirándose de un departamento cuyo edificio se dice pertenecen a su familia. ¿será? Y suponiendo así sea ¿qué con eso? ¿Y el supuesto soborno de dos millones de dólares para liberar permisos para la construcción de hoteles en terrenos ubicados en una zona natural protegida en Quintana Roo fue en una grabación donde se ve y se oye al Niño preguntando: "De cuánto estamos hablando".

Después dijo, a manera de excusa, que lo habían "chamaqueado", reconociendo implícitamente que hubo el presunto intento de cohecho. Lo que sucedió a pesar de manejar en su partido político una agenda ambiental como la protección de especies en peligro de extinción así como a la defensa de los ecosistemas. Se rumora, que las fiestas que organiza y preside el ex Niño Verde, son de antología; él es el papacito, afirmándose que son verdaderas pachangas en las que, como un Jeque, está rodeado de chavitas. De ser cierto, es la dulce vida en todo su esplendor.

Cabe decir que la libertad que obtuvo es una pésima noticia para los que carecen de influencia y/o dinero, después de caer en El Torito. Por lo que esta columna aconseja que quienes no han visto ni siquiera en fotografía un Mercedes Benz se abstengan de conducir su charchina cerca de donde hacen la prueba del alcoholímetro y si no logran cruzar la ciudad de lado a lado de puntitas, consígase una placa como hacía Mario Moreno "Cantinflas" que iba prendida a su deshilachada gabardina, aunque lo cierto es que era una identificación del sindicato de lecheros. O lo que es mejor, consígase un papá abusadillo que en las próximas elecciones haga causa común con la persona que ganará de seguro la presidencia y prométale su adhesión aunque no aporte un mísero voto, ni se ponga quisquilloso, aceptando lo que buenamente le quieran dar.

En nuestro país las leyes afortunadamente son benignas. De ahí que el ex Niño Verde haya tenido la oportunidad de salir libre sin grandes dificultades. No absuelto por algún tribunal, pero sí abandonando las rejas momentáneamente, gracias a la blandura con la que se aplicó un reglamento que obliga a quienes carecen de "palancas" a permanecer privados de su libertad por el tiempo que marca la disposición legal, a quien conduce su vehículo en estado etílico en las calles de la ciudad de México, pero sí que ayuda. El ocupar un escaño en una de las cámaras legislativas no era garantía para librarlo de la detención. En países serios los arrestos son inconmutables, hasta ahora incluso a donde alcanza nuestro conocimiento, aquí también lo eran. Tenía que arribar un influyente que aunado a su chapa, trajera bien provista su cartera, para burlar lo que es justo para todos. En el caso si los grilletes no era suficiente castigo, podrían haberle confiscado el Mercedes Benz y entonces sí que veríamos cómo arde Troya. En fin, así están las cosas.

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