¿Recuerdas a las célebres interventoras -por alguna extraña razón la mayoría carecían de belleza física- de la Secretaría de Gobernación, querido lector? ¿Aquellas que asistían -lo siguen haciendo- a los distintos espacios televisivos para "dar fe y legalidad a juegos, sorteos, y concursos de toda índole"? ¿Esas que acompañan y vigilan cada domingo a Javier López "Chabelo" y se cercioran de que nadie altere la catafixia, se birle la tanda, y que en efecto las salas de Muebles Troncoso que rifa Don Javier sean, como se afirma, de genuina piel de becerro?
Este columnista recuerda bien a las señoritas interventoras quizá en añoranza a su pasada niñez: casi todas aparecían a cuadro con gesto adusto y muy serias, "como de malitas", se dice coloquialmente. Bueno, así anda el IFE a últimas fechas: mal y de malas y viene a repartir las calificaciones correspondientes a la pasada elección presidencial y todo parece indicar que hay algunos reprobados…
Desde que en México nos dio por jugar a la democracia y asumir los costos que ello implica, el IFE se ha convertido en la oficina central de quejas a donde acude nuestra ilustre clase política para dirimir conflictos de toda especie: desde alianzas, calificación de comicios a nivel local, federal o estatal, y claro, "cuando Chuchito o Perenganito me vieron feo y por eso venimos a acusarlos".
Así como ante dicho organismo expían sus diferencias -ya ves que son muy dados a tenerlas un día sí y el otro también- se forman en la larga fila de quienes pretenden constituirse en partido político y con ello recibir financiamiento público, acceso al erario y todas las canonjías que ello supone. Claro está, del mismo modo en que el IFE funge como árbitro, caja chica, o interventor de este lodazal llamado política a la mexicana, también y a menudo, los participantes del juego se inconforman ante sus decisiones y es con los medios de comunicación con quienes se quejan de que el umpire los ponchó "porque es un asco, un sucio, un vendido".
En el más reciente reparto de notas, la izquierda en su conjunto obtuvo calificaciones reprobatorias y se tendrá que quedar horas extra a explicar su pobre actuación, externó el réferi el día de ayer. En tanto, a un célebre y habitual participante del juego se le vio francamente contrariado por la nota obtenida y fiel a su retórica de férrea oposición, que de igual manera busca debilitar tanto a las instituciones como a los equipos contrarios, hoy nuevamente se dice víctima de una vulgar jugarreta.
Varios secundan sus afirmaciones y sentencian: los contarios -que ganaron, por cierto- vienen por nosotros, pretenden cobrarse las facturas pendientes. Dice implacable el bateador, tan quejumbroso como siempre: "No hay muchas esperanzas porque los consejeros del IFE están cooptados; para decirlo de manera amable, es un problema que tenemos en México, son mecanismos de corrupción", aseveró el dos veces candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, al referirse a la multa que se planteó en el Instituto Federal Electoral hacia la coalición de izquierda por supuestamente haber rebasado, en más de sesenta millones de pesos, el tope de gastos de campaña en la pasada elección.
Sorprendentemente, en el mismo sentido se ha pronunciado el equipo azul -también perdedor dado a que la capitana nomás no le echó ganitas, dicen- sobre la nota reprobatoria que obtuvo la contraparte amarilla. En voz de uno de sus jugadores, que en los ratos libres también funge como diputado federal, tildaron lo dicho por el umpire "como una manzana envenenada", y consideran sospechoso que no se hayan aplicado los mismos criterios con el equipo rojo y su popular capitán, este dueño de un agradable físico y prominente cabellera, pues, dicen, desde su fundación hace casi ocho décadas, si algo ha caracterizado a tal equipo es el juego sucio, los golpes bajos y que a la hora de las trácalas se pintan solos…
Algo te vaticino, apreciable lector: el diferendo sobre el resultado del juego va para largo y aunque al ganador no se le obligará -bajo ninguna circunstancia- a regresar la copa y las medallas obtenidas, los trancazos estarán buenos y hasta el umpire y el interventor saldrán salpicados. ¿El meollo del asunto? Todos los equipos jugaron sucio, están manchados de lodo y se pasaron por el Arco del Triunfo las reglas de la contienda.
En ello, del equipo rojo, surgieron aventajados alumnos. Yo les pondría un diez y la respectiva mención…
Twitter @patoloquasto
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