Espectáculos Famosos Miss Universo 2025 Miss Universo Christian Nodal Julión Álvarez

El rey de todos los males

JÓVENES COLUMNISTAS

KAREN LEYVA MEJÍA

Cuando somos niños, rara vez pensamos en las consecuencias de nuestros actos, mismos que son producto de la inocencia y del no saber hasta dónde un simple juego puede llegar.

Cuando cursamos alguno de los niveles escolares, no faltó nunca el típico niño(a) con el cual no simpatizáramos del todo y simplemente nos parecía divertido molestarlo. O viceversa, el típico niño o niña que se la pasaba molestándonos tal pareciera que el levantarse temprano tuviese sentido tan sólo porque llegaría a la escuela a decirnos "de cosas".

El gordo(a), el flaco(a), chaparro(a), cuatrojos, etc., parecía que el repertorio de apodos e insultos que de niños (y a veces no tan niños) nos decíamos entre sí, era infinito y había sido escrito por el más creativo de todos los tiempos: EL REY DEL BULLYING… ¿Del qué?

Del "Bullying", sí, aquella palabra que de unos años a la fecha nos ha venido retumbando los oídos haciéndonos sentir culpables de la personalidad introvertida de aquél niño que alguna vez empujamos y en lugar de ayudarlo a levantar, reímos sin parar sólo por ver cómo los demás se burlaban de su caída.

 ¡¿AH, SÍ VA EN SERIO?!

Literalmente, del inglés, "bully" significa matón o agresor. El pionero en el estudio de este conflicto social y que acuñó el término fue el psicólogo Dan Olweus, que desde 1973 comenzó con investigaciones sobre el abuso escolar.

En Noruega tienen desde 1973 investigando esta situación y nosotros tenemos desde primaria molestando y siendo molestados por otros y creyéndolo "juego de niños".

Y es que ahora enfrentamos situaciones en donde los niños no sólo le dicen al otro "gordo" o "te vas rodando"; sino que van más allá de insultos; coscorrones, empujones y hasta golpizas brutales que atormentan, cohíben y a la larga son capaces de tergiversar para mal la personalidad de la víctima.

Nuestra era si bien tiene progresos positivos, se utilizan en ocasiones hacia la dirección errónea. En el sentido de que el maltrato que alguien recibe en la escuela trasciende hasta los medios electrónicos. Un ejemplo son la cantidad de videos que existen en portales, blogs, redes sociales, etc., en donde se muestra la violencia que algunos niños despiden hacia otros de sus compañeros.

Después de haber sido víctimas en la escuela, lo son en sus propias redes sociales, en videos que los exhiben. Todo esto recae en la autoestima del niño(a) violentado y por consiguiente en su vida diaria. El hecho de sentirse objeto de burlas, insultos y maltratos físicos hace de la víctima alguien introvertido, aislado, inseguro y con baja autoestima.

Cuando somos menores no pensamos en las consecuencias de nuestros actos, por ello acerquémonos y enseñemos a nuestros niños -y a nosotros mismos- a ser capaces de diferenciar entre violencia y juegos; no dejemos que vivan en función de la agresión a la que están acostumbrados a ejercer o de los maltratos que ya se han acostumbrado a recibir.

Y a usted, ¿también lo molestaban de chiquito?

Desahóguese; 'no hay fijón':

Correo: Karen_leyvaa@hotmail.com

Twitter: @Karenleyvaa

Leer más de Espectáculos

Escrito en: jovenes columnistas

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 860586

elsiglo.mx