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El Síndrome de Esquilo

DESTERRADOS

El Síndrome de Esquilo

El Síndrome de Esquilo

VICENTE ALFONSO

No importa que se trate de Ulises o del compatriota que en este momento se decide a irse a ganar dólares al otro lado, el destierro es la primera escala para quien aspira a convertirse en mito: Prometeo ascendió a los cielos, robó el fuego de los dioses y volvió para compartirlo con los hombres. Teseo entra al laberinto, mata al Minotauro y retorna al mundo con la ayuda de Ariadna. Quetzalcóatl abandona su sitio entre los dioses para habitar entre los hombres y compartir con ellos el conocimiento divino…

En los mitos de todas las culturas, dice Joseph Campbell, los héroes atraviesan un ciclo de cuatro pasos: 1) el héroe es separado de la sociedad, 2) viaja a una región donde conoce prodigios sobrenaturales, 3) allí debe superar una prueba tras la cual obtiene conocimientos o poderes y 4) retorna a la sociedad para compartir esos dones.

La eficacia de los mitos reside en su sencillez. Relatamos siempre las mismas historias con mínimas variaciones, pues cuando están bien narradas, esas historias nos dejan siempre la impresión de que hay algo más allá. De allí nace la mejor tradición literaria: Ulises pasa veinte años fuera de Ítaca, don Quijote se lanza a los caminos para hacerse fama como caballero, Juan Preciado viaja a Comala en busca de su padre, un tal Pedro Páramo.

Si se leen bajo esta luz los quince cuentos que conforman Desterrados, el nuevo libro de Eduardo Antonio Parra (León, Guanajuato, 1965), queda claro que su autor se inserta en esa estirpe, aportando sus variaciones al repertorio. Porque lejos de anclarse en temas coyunturales, las suyas son historias en las que descubrimos los asuntos que han desvelado a los seres humanos de distintas latitudes y épocas. Como ejemplo podemos citar "El caminante", relato que abre el volumen: asistimos al monólogo que entabla un hombre que atraviesa un árido territorio, probablemente el desierto que separa a México de los Estados Unidos. Siguiendo las características del rito, este prometeo contemporáneo se desprende de su familia, e incluso de su memoria, y se dirige a "una nación de hábitos raros, ciudades de oro y dioses crueles, cuya lengua resulta incomprensible. Un reino protegido por muros y ríos anchísimos, con un ejército diestro en impedir la invasión de los bárbaros de piel oscura". Desnudando de sus accidentes al destierro que sufren nuestros compatriotas, lo narra como si se tratase de un mito ancestral.

En este libro, recién publicado por editorial Era, Parra impone a sus personajes el peor de sus destierros: saberse apartados de la propia identidad. Así lo constatamos en algunos de los mejores cuentos de este libro, por ejemplo "La costurera", "Un diente sobre el pavimento", y "Nadie". Pero no es el destierro la única prueba que enfrentan. Los protagonistas de estas quince historias se encuentran en momentos clave, envueltos en los rituales iniciáticos de nuestro tiempo: la guerra y sus horrores ("El festín de los puercos"), la permanente amenaza de la locura ("Último Round", "El hombre del costal" y "Nadie"), El sexo como redención ("Mal día para un velorio", "Calor callado", incluso "La costurera"), la migración en busca de una vida mejor ("El caminante" y "La madre del difunto)". Bajo la posibilidad de convertirse en héroes, marchan a regiones inaccesibles, de las que no sabemos si han de volver. Algunos van en un intento de burlar la muerte, otros van a morirse, otros, a ver morir alguno de sus seres queridos.

En cuanto a la forma, cabe destacar el dominio de las herramientas que tiene este autor. Como máquinas ensambladas con precisión, son un excelente ejemplo del balance entre la anécdota narrada y las herramientas que el fabulador utiliza para contar esa historia: tiempos, puntos de vista. Sus cuentos están armados como rompecabezas que exigen la participación del lector para armar una versión de lo ocurrido, pues a menudo conocemos antes las consecuencias que las causas, asistimos a la brutalidad del desenlace antes de saber siquiera cuál es el conflicto. Así, Parra refuerza la tensión que lleva a los lectores a leer los cuentos de un tirón.

De este modo, experimentando con la forma pero ceñido con fuerza a las características de los mitos universales, Eduardo Antonio Parra obtiene en Desterrados una valiosa exploración de la épica contemporánea.

@vicente_alfonso

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