El solsticio
Este 21 de diciembre es el día más corto del año. Si usted se siente un poco deprimido por la falta de sol y por el frío, la reacción es absolutamente natural. De hecho, en otros países del mundo la falta de luz solar en el invierno genera verdaderas depresiones. En México somos afortunados, ya que nuestra ubicación en la zona tropical del hemisferio norte nos permite gozar de mayor iluminación solar que los países que se ubican en zonas más septentrionales.
A pesar de la brevedad del día, o quizá por ella misma, desde tiempos inmemoriales han surgido fiestas en estas épocas en distintos lugares del mundo. Quizá la más conocida es la navidad, que de las comunidades cristianas ha pasado a convertirse en una de las pocas festividades realmente internacionales.
Sin embargo, la propia navidad tiene raíces en celebraciones paganas como las Saturnales o la Fiesta del Sol Invicto de la Antigua Roma. En el continente americano, también las civilizaciones precolombinas tenían festejos y asueto en estos días del solsticio de invierno, en los que también se celebraba el triunfo de Huitzilopochtli, el dios del sol, sobre Tezcatlipoca, el señor de las tinieblas.
Quizá las festividades que han surgido en el mundo en torno del solsticio son una reacción natural de los seres humanos a la pesadumbre que suele afectarnos cuando a lo largo del otoño vamos perdiendo luz solar de manera gradual. Es una reacción de rebeldía ante una oscuridad que se identifica con la vejez y con la muerte.
El hecho de que el proceso tiene siempre un fin, cuando se llega al solsticio de invierno, que se convierte también en promesa de unos días que irán alargándose hasta llevarnos a la primavera y al verano, nos da también un mensaje de la constante renovación que es parte esencial de la vida y la naturaleza.
Los mexicanos celebramos estos días con un período de descanso y festejos, al igual que lo hacían los pueblos mesoamericanos. Estos días sirven para restablecer y cimentar lazos familiares, pero también para hacer un alto en las actividades y reflexionar sobre el futuro.
La reflexión es más importante ahora que nunca, porque con los cambios en la legislación fiscal cambiarán los incentivos de quienes trabajan en la economía formal en nuestro país. La tasa máxima del impuesto sobre la renta aumentará de manera muy importante. Para quienes menos ganan, el incremento se registra a través del hecho de que desde hace años no se han realizado ajustes a las tasas por la inflación. Esto produce el fenómeno conocido como bracket creep, en que suben los impuestos de manera automática todos los años. Las empresas tendrán que pagar nuevos impuestos y restricciones a las deducciones. Sus mayores costos los trasladarán a los consumidores.
Este año, la reflexión natural en el momento de descanso que rodea el solsticio de invierno nos obligará a pensar en el futuro. Tenemos un gobierno que cada vez busca quitar más recursos a los contribuyentes cumplidos. Millones de mexicanos tendrán que considerar si el año que viene simplemente entregarán más dinero al gobierno, trabajarán menos o se unirán mejor a las filas de una creciente economía informal.
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