La mayor parte de los mexicanos vivimos en ciudades. Nos puede gustar más o menos, pero lo cierto es que México es un país claramente urbano. Para el 2030 vivirán en nuestras ciudades más de 103 millones de habitantes. Esto tiene ya hoy día -y lo seguirá teniendo en el futuro- un notable impacto económico, político y medioambiental.
Se calcula que en las 93 ciudades del país que tienen más de 100 mil habitantes se genera 88% del PIB nacional.
Para nadie es un secreto que una carencia evidente de nuestras ciudades es la falta de planeación. Los núcleos urbanos han ido creciendo sin contar con acceso a servicios públicos e infraestructuras apropiadas y bien planeadas. En muchas colonias primero llega la gente, construye bien o mal sus viviendas y luego el Estado pone los servicios esenciales como el agua, la electricidad y el drenaje. Esa forma de hacer las cosas nos ha salido carísima y además es perfectamente estúpida.
La falta de planeación se observa de manera muy nítida en la ausencia de una política de movilidad en nuestras ciudades medianas y grandes. El tema del transporte público es algo así como un universo desconocido para nuestros políticos. De hecho, en las principales ciudades del país, del total de dinero invertido en temas de movilidad, solamente un escaso 11% se dedica al transporte público. La gran mayoría de recursos se dirige a pavimentar las calles, lo que arroja enormes beneficios para las empresas constructoras y cementeras, así como para ciertos políticos que se saben "arreglar" con ellas.
Obviamente, al carecer de alternativas adecuadas de transporte público, millones de mexicanos se ven obligados a utilizar vehículos particulares cotidianamente, con el enorme desgaste y pérdida de tiempo que ello supone. Un ejemplo: en 1990 en el DF se circulaba en promedio a 38 kilómetros por hora; en el 2010 se circulaba solamente a 13.
Y lo más probable es que cada vez pasemos más tiempo dentro de nuestros vehículos, si no se hace algo pronto para remediarlo. Hoy día tenemos poco más de 30 millones de automotores en México; para el 2030 tendremos más de 70 millones. ¿A qué velocidad nos desplazaremos con más del doble de coches circulando por nuestras calles?
Vivir en una ciudad con buenos servicios supone la necesidad de que sus habitantes paguen impuestos, cosa que en México no da nada de gusto hacer, dado que sabemos que una parte de los mismos termina en los bolsillos de nuestros corruptos políticos.
Quizá eso es lo que explica que actualmente paguemos pocos impuestos a nivel local. Por ejemplo, por concepto de impuesto predial se paga el equivalente al 0.1% del PIB, mientras que el promedio de lo que se paga por el mismo concepto en los países de la OCDE es 10 veces más (1% del PIB; en Estados Unidos se paga 30 veces más por impuesto predial que en México, en promedio).
Nadie duda respecto a que hay que aumentar la recaudación local para que se pueda invertir más en lo que nos afecta directamente: servicios públicos municipales y locales, infraestructura, seguridad ciudadana, etcétera.
Necesitamos ciudades bien diseñadas y pensadas. Para ello es indispensable lo siguiente:
1) Densificar las ciudades, quitando límites a la altura de las construcciones bajo estrictas medidas de seguridad para prevenir desastres naturales.
2) Aprovechamiento de predios baldíos en zonas urbanas, para proveer de espacios públicos y oferta de vivienda a personas que la necesitan.
3) Usos de suelo mixtos que acerquen las viviendas a los servicios públicos y privados que requieren sus habitantes (la mejor escuela es la que tiene uno al lado de casa; y lo mismo aplica para el supermercado).
4) Política de transporte integrada al desarrollo urbano, con claro predominio de lo público sobre lo privado;
5) Gestión medioambiental sustentable, para la obtención y regeneración de fuentes de energía, agua, electricidad, etcétera.
Tenemos que aspirar a tener ciudades más habitables en México. De ello depende, en amplísima medida, la calidad de vida que queremos para nosotros y para nuestros hijos. Ojalá nos permitamos pensar lo antes posible en el modelo de gestión urbana que necesitamos. Casi 100 millones de mexicanos nos lo agradecerán.
Twitter: @MiguelCarbonell
(Investigador del IIJ de la UNAM)