En días pasados (el viernes 13 de la semana anterior) se realizo un operativo por parte de las diferentes autoridades del Gobierno federal y del Distrito Federal para recuperar el espacio libre de la Plaza de la Constitución mejor conocida en el lenguaje defeño como Zócalo de la Ciudad de México y estar en posibilidad de celebrar el día patrio del 15 de septiembre pasado El Grito de Independencia.
No sabemos si la medida sólo ¿fue transitoria? o los maestros regresarán al Patio Mayor de los mexicanos después de la celebración de las fiestas de la Independencia. Lo real es que la estancia prolongada de los profesores (al parecer mayoritariamente provenientes de Oaxaca y otros estados, no del Distrito Federal) afectó la vialidad vehicular y de peatones en las calles aledañas al Zócalo, en las estaciones del Metro, así como las visitas turísticas del Centro Histórico capitalino, el más grande de México y Latinoamérica.
El nombre de Plaza de la Constitución fue dado por el Virrey Félix María Calleja el 22 de mayo de 1813 a la plaza mayor de la Ciudad de México en honor a la Constitución de la Monarquía Española de Cádiz de 1812.
El Zócalo es un gran patio en el centro de la Ciudad de México de 46, 800 metros cuadrados (195m x 240m) frente a los conocidos y bellos edificios coloniales de Palacio Nacional, Catedral, Gobierno del Distrito Federal y una Plaza Comercial.
En la década de los años de 1840 los capitalinos comenzaron a llamar a su Plaza Mayor como "Zócalo", ya que se dispuso levantar en el centro un monumento a la Independencia de México (en 1843) que no fue construido finalmente. En 1878 se instaló en su centro un Kiosco que desapareció; después allí existió una estación de tranvías a principios del siglo XX.
El Estado mexicano debe respetar el derecho a la libre manifestación de las ideas, pero no sólo de un grupo, sino de todos los mexicanos (artículos. 6, 9 y 35 constitucionales).
La toma del Zócalo por los maestros inconformes impidió desde semanas atrás a otros grupos políticos realizar en ese lugar sus manifestaciones sobre el tema de la reforma energética u otro gran concierto light "gratis" de Justin Biber que tanto les agrada a la autoridades capitalinas; de continuar tomado, impediría que se diera allí el tradicional Grito de Independencia del 15 de septiembre.
La Ciudad de México conocida también como el Distrito Federal es el corazón de la república y por lo tanto debe garantizar el derecho a la libre manifestación de las ideas, no sólo de los maestros, sino de todos los ciudadanos. El ejercicio de un derecho humano no debe impedir su disfrute para las demás personas, de ser así se cae en la figura de "abuso del derecho" que debe ser sancionado por las leyes administrativas y penales.
Los mexicanos valoramos que en la Ciudad de México, la capital de la república, los gobiernos, federal y del Distrito Federal garanticen el derecho a la libre manifestación de las ideas a todos los ciudadanos de la república que quieran ejercer sus derechos constitucionales.
La Ciudad de México es heredera de la grandeza de la antigua ciudad azteca de Tenochtitlán (un área aproximada de 13 kilómetros cuadrados y de 80 mil habitantes), que por su arquitectura e ingeniería (altos templos, pirámides, simetría, planificación, chinampas) maravilló a los propios conquistadores españoles (Bernal Díaz del Castillo). Una de las ciudades más grandes de su época (1521) equiparable solo a París, Nápoles, Venecia y Milán que rebasaban los 100 mil habitantes.
La Constitución Federal del 4 de octubre de 1824 otorgó al Congreso de la Unión facultad para elegir y variar el lugar de residencia de los Poderes Federales (Art.50).
Ante el intenso debate para definir dónde estaría la capital de la nueva república, los diputados constituyentes de aquella época pospusieron la decisión de escoger la ciudad capital hasta después de promulgar la primera constitución del México independiente.
Fue el diputado por Nuevo León, Fray Servando Teresa de Mier, quien el 23 de julio de aquel año pronunció un discurso decisivo que orientó la decisión del Congreso en favor de que la ciudad de México fuera la capital de la nueva república federal.
El 18 de noviembre de 1824 se aprobó mediante decreto que la Ciudad de México fuera sede de los Poderes Federales de la naciente república de los Estados Unidos Mexicanos. Así lo que pasa en el Zócalo capitalino es de interés y competencia de todos los mexicanos.
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