En el insólito de la temporada, la tradicionalmente tersa sucesión en la Asociación de Bancos de México se ha convertido en una olla de grillos entre el aireo de trapitos al sol, orgullos heridos, añejas rivalidades y agravios por cobrar.
Del tamaño del embrollo habla la exigencia de realizar la elección, a despecho de la costumbre de mano alzada para presumir la unanimidad, vía voto directo y secreto depositado en una urna.
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Lo que no sabemos es si habrá quema de boletas para el humo negro, o de plano la chimenea tendrá listos los ingredientes para el blanco.
En el supuesto, colocado con alfileres, habría tres opciones en las papeletas: Luis Peña, director general de HSBC México; Javier Arrigunaga, director general de Banamex, y en opción de otra reelección, Jaime Ruiz Sacristán, director general del banco Bx+.
La historia tiene tintes de telenovela.
Hete aquí que colocado hace dos años en la recta final para alcanzar el relevo en el organismo, Luis Peña fue retirado por un grupo de bancos pequeños liderado por Banorte, en lo que se consideró una suerte de venganza por su salida, aparentemente en malos términos, de esta intermediaria.
El lugar, en la tradición de candidato único, lo ocupó Ruiz Sacristán. Sin embargo, la promesa fue que la próxima sería de él, en un escenario en que los estatutos reclaman turnarse bancos grandes y pequeños el poder.
El caso es que colocada en línea la candidatura, el propio grupo de bancos sacó a colocación los problemas éticos de la filial del banco inglés en México, en cuyo escenario debió cubrir a título de expiación una multa de mil 920 millones de dólares en Estados Unidos.
Y aunque en México los golpes se dan con algodones, el tamaño de las faltas: abrir cuentas en paraísos fiscales y permitir el "lavado" de dinero, entre otros pecaditos, se le impuso a su vez una sanción al HSBC por el equivalente a 28 millones de dólares. En afán de justificar ante el electorado el evidente tache, Peña solicitó una reunión con los directores generales de los bancos… con una explicación que sólo convenció a unos cuantos: Estamos trabajando para limpiar la imagen y evitar incurrir en ese tipo de conductas.
Así nada más.
Más aún, en afán de lograr una tregua ante lo tupido del fuego cruzado, Luis Peña se reunió el lunes de la semana pasada con el presidente y el director general de Banorte, es decir, Guillermo Ortiz y Alejandro Valenzuela. El resultado fue desastroso.
Los gritos, en subrayado de los reproches, impidieron el arreglo.
Ante ello, ese mismo día se habló de cambiar de candidato. Ahora sería Javier Arrigunaga, en la misma ruta de que un banco gigante tuviera el timón. El problema es que el director general de Banamex y ex presidente del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario no quiere que le hagan sombra.
Si aceptó… pero con unanimidad.
Y el problema, en paralelo, es que Luis Peña no se quiere bajar, alegando que su segunda caída sería violatoria de los estatutos.
En el embrollo, Luis Robles Miaja, de Bancomer, propuso que en tal caso se reeligiera por un año más a Jaime Ruiz Sacristán.
Por lo pronto, al margen de si sean dos o tres los candidatos, la decisión es que la elección se realice el cinco de marzo con la exigencia de voto directo y secreto.
El ganador de la pelea sería quien alcance dos terceras partes de la votación, es decir, un mínimo de 28 papeletas, considerando que el padrón se constituye con 43 bancos.
¿Se atreverá Arrigunaga? ¿Renunciaría al fin Peña? ¿Los gigantes aceptarán por otro año a un banco pequeño? ¿Surgiría un caballo negro?
No deje de leer la continuación del sainete, en este mismo espacio.
BALANCE GENERAL
En lo que representa su reaparición pública, el ex secretario de Comercio y Fomento Industrial, Jaime Serra Puche, ha sido nombrado presidente del Patronato del Instituto Nacional de Medicina Genómica, en relevo del presidente de Nestlé México, Carlos Eduardo Represas.
En la búsqueda de apoyos para el organismo que coloca al país a la vanguardia de la investigación sobre el mapa del genoma humano, están también el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean; Alicia Lebrija, de la Fundación Televisa; Henry Davis, ex director general de lo que fuera Aurrerá; Pablo Escandón Cusi, de Nacional de Drogas, y Ernesto Rubio del Cueto, entre otros.
En la ceremonia de unción de Serra Puche, la secretaria de Salud, Mercedes Juan, habló de buscar las vías para la repatriación de científicos.
La dirección del Instituto, tras un largo bache por supuestos problemas de corrupción que impidió la terminación de su edificio sede, la ocupará Javier Soberón.
SEMPRA VA POR TODO
Ganador de contratos para construir un gasoducto con proa hacia Estados Unidos para la Comisión Federal de Electricidad; ganador de un concurso de Petróleos Mexicanos para construir uno de los tramos del gasoducto Los Ramones, la empresa Sempra México está en vías de levantar un parque eólico en el norte del país, para producción de energía eléctrica.
Sus apuestas alcanzan ya 2 mil 400 millones de dólares.
La firma dirigida por Carlos Ruiz Sacristán acaba de realizar una exitosa colocación de Certificados Bursátiles en la Bolsa Mexicana de Valores, alcanzando una recaudación de 5 mil 200 millones.
Del tamaño del apetito para la oferta doble planteada habla el que la demanda alcanzó 2.7 veces el monto colocado.
MEXICANA NO VENDE
A contrapelo de la presión de líneas aéreas como Aeroméxico, la jueza del concurso mercantil de Mexicana de Aviación, Esther Alarcón, rechazó la posibilidad de vender la filial de ésta MRC Servicios, es decir, la base de mantenimiento de la firma, única que ha permanecido como negocio en marcha.
La empresa la codicia también Jorge Gastélum, el apoderado de la firma Tenedora K, quien le compró las acciones de la línea aérea a su anterior dueño, Gastón Azcárraga Andrade, bajo el absurdo de canjear éstas por la empresa.
La base de mantenimiento de Mexicana cuenta con certificaciones internacionales de altísima calificación.
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