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Ella y Pedro

No hagas cosas buenas…

ENRIQUE IRAZOQUI

Han transcurrido ya varios meses desde que se dio a conocer con fuerza el movimiento ciudadano para la creación del Estado de La Laguna (ELLA).

Este movimiento recupera el añejo sentimiento regional de que la zona está realmente abandonada por los gobiernos estatales y fundamentalmente las capitales de Coahuila y Durango: Saltillo y Durango capital, respectivamente.

Muchos grupos anteriormente han intentado consolidar la idea de la real creación del Estado de La Laguna. El tiempo se ha encargado de diluir el ímpetu y las cosas vuelven al lugar de origen y al final nada pasa.

Sin embargo, las circunstancias ahora han cambiado diametralmente, amén de las diferencias más que sensibles que ahora subsisten entre las ciudades laguneras y las ciudades sedes de los poderes estatales, cuando el pasado era otra cosa.

El auge algodonero, y posteriormente el gran desarrollo de la agroindustria lechera, cárnica y sus derivados, provocaron además de la natural derrama económica, el desdoblamiento vigoroso del comercio de la región. Soriana y Lala son los máximos referentes en esos dos sectores. Esas empresas se crearon esencialmente en base al tesón de sus fundadores. Soriana es un fenómeno creado por dos hermanos: don Francisco y don Armando Martín Borque, que tanta prosperidad trajeron a esta tierra adoptiva de ellos. Grupo Lala es un tema muy especial, porque sus hacedores fueron capaces de constituir una empresa netamente profesional donde muchos liderazgos fueron capaces de ponerse de acuerdo para crear valor. Eso no se ve todos los días, menos en México.

Los pocos años de fundación que tiene toda el área metropolitana, permitió que el trazado de las ciudades, tenga calles amplias y modernas, fundamentalmente Gómez Palacio y Torreón, Lerdo ha elegido preservar más sus raíces, quizá por ser la más añeja de los tres.

Ese auge y desarrollo de la otrora dinámica La Laguna simplemente se ha detenido, y varios factores intervienen en ello. Además el deterioro local, el auge industrial de Saltillo, que atrae casi veinte dólares de inversión extranjera directa por cada uno que llega a Comarca Lagunera de Coahuila, contrasta diametralmente con la realidad que aquí se vive. Ese un factor para avivar la idea de crear la nueva entidad federativa.

Durango, que ciertamente no ha explotado como Saltillo, ha tenido la suerte de contar con gobernadores que han recuperado la belleza de todas sus fincas coloniales, que brindan a los habitantes de la capital duranguense un mejor lugar para vivir. El plan de conectividad carretero, que ha alcanzado su cenit con la apertura de la supercarretera Durango-Mazatlán, con los pendientes de las rúas a México, Guadalajara y Chihuahua a plenitud.

Gómez Palacio y Lerdo están por otra parte, en el abandono y peor aún. Estas dos ciudades han sufrido igual que Torreón lo peor de la cargada de violencia, y nada pasa. La indolencia ante gobiernos municipales lamentables en trienios anteriores decepciona y abunda también en el deseo de la separación.

Todo sirve de preámbulo para entender la postura pública del señor Pedro Luis Martín Bringas, líder de ELLA, la institución que ahora impulsa con mayor fuerza esta lucha por constituir el nuevo estado.

Martín Bringas, miembro de connotada familia, dotado con un fondo económico suficiente para ser inmune a un ataque de los gobiernos estatales, decidió hacer una crítica a un par de políticos de cepa, hermanos ellos, que coincide con la notoriedad que causaron por el deceso del padre de éstos, que fue toda una institución en la vida pública de La Laguna.

Sin pretender hacer comentario alguno de la declaración de Pedro Luis, el fondo de todo esto es que el movimiento ELLA es esencialmente ciudadano, no así la clase política de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, que ellos tienen a sus patrones en Durango y Saltillo, o en su defecto en la ciudad de México. Casi todos se han manifestado en contra o evaden tomar una postura a favor de la creación de La Laguna, que suponiendo, sea realmente lo mejor para la región, prefieren no hacer olas para no dañar sus propias ambiciones personales políticas.

Las expresiones y la forma de hacerlo le compete a cada quien, pero ELLA tendrá siempre la oposición de la clase política, por razones obvias. En general y en la práctica, a los políticos no les importa la ciudadanía, ELLA en cambio enarbola una idea ciudadana, más allá de que sea buena o mala, posible o no. Pedro y ELLA están al menos en la lucha, sólo el tiempo dirá.

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