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Empieza el tiempo electoral

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Han iniciado ya las campañas electorales en el estado de Durango, donde se celebrarán comicios para elegir a 39 alcaldes y sus cabildos, así como la renovación completa del Congreso local.

En el estado de Coahuila, están también por arrancar las campañas, lo cual ocurrirá en los primeros días del próximo mes. Por primera vez en la historia reciente, los dos estados donde se encuentra la Comarca Lagunera vivirán el mismo día - domingo 7 de julio- elecciones para escoger a los presidentes municipales respectivos. Esta coincidencia se suscita debido a que en Coahuila, las administraciones municipales tienen una duración de 4 años, así que en esta ocasión en territorio coahuilense sólo contenderán aspirantes a las alcaldías, regidurías y sindicaturas, y todo este embrollo hace que por primera vez, todos los laguneros puedan escoger a su presidente municipal en la misma jornada.

Es por ello que naturalmente se empiece a vivir los típicos tiempos de campaña. En Lerdo, la elección está marcada por la tragedia y la infamia; el crimen organizado secuestró y asesinó al precandidato natural del PRI, Manuel Landeros, así que el partido oficial tuvo que designar a Luis de Villa Barrera, quien buscará derrotar al panista Ángel Luna Puente, para poder ocupar el puesto que hoy desempeña Roberto Carmona.

Gómez Palacio vive su ambiente también particular. Con la existencia marginal del PAN, el asunto en esa ciudad no es ya si va a ganar el PRI u otro partido, es saber y adivinar cuál grupo político que domina el municipio se hará de la presidencia en turno. Los Rebollo tienen hoy la delantera, no obstante la estruendosa presidencia que ocupó Ricardo Rebollo, cabeza de unos de los grupos en constante pugna, que terminó en un desfalco para los gomezpalatinos; el discreto período que ocupó Mario Calderón, cuando Ricardo se convirtió en diputado federal; y después la enorme operación cicatriz financiera que tuvo que hacer la hoy presidenta Rocío Rebollo, producto del despilfarro de su hermano cuando alcalde. Rocío durante su mandato, ha soportado estoicamente los embates del crimen organizado y el desdén (por no decir indolencia) de las autoridades estatales.

La autodenominada capital industrial de La Laguna, ha sufrido lo indecible, el perenne abandono de la autoridad, la ausencia absoluta de planeación y desarrollo por lustros y ahora, hasta la falta de policía. Gómez Palacio es una tierra sin ley, pero pues cada sociedad escoge a la autoridades que quiere, y allá las encuestas señalan hasta ahora que Miguel Campillo, que pertenece al establo político de los Rebollo, derrotará a su compadre Augusto Ávalos del Acción Nacional.

Ávalos está compitiendo por tercera vez para el mismo puesto, pero en esta ocasión con un ingrediente particular: como en Gómez Palacio participan dos grupos locales, el ya mencionado de los Rebollo y por supuesto, el de Carlos Herrera Araluce, la lucha sorda se dará entre estos dos bandos, no obstante que Augusto lleva las siglas del PAN.

Se murmura recio y callado que Augusto tiene todo el apoyo de los Herrera, grupo que ha sido defenestrado por el gobierno del estado de Durango, el cual trató de posicionar a su propio alfil, Juan Ávalos, pero al no prender en las encuestas tuvieron que conformarse por hacerlo candidato a diputado local, y resignarse a seguir conviviendo con Ricardo Rebollo, antiguo rival de Jorge Herrera Caldera en la búsqueda de la gubernatura, a través del candidato Campillo.

El grupo del gobernador Herrera Caldera tuvo que escoger entre Campillo o Sergio Uribe, quien estaba mejor posicionado, pero como este último es del rebaño de Carlos Herrera, optaron por el primero. Lo que está en la mente en las autoridades del gobierno del estado es impedir a toda costa, cualquier posibilidad de que la senadora Leticia Herrera Ale, pueda llegar a convertirse en la candidata del PRI al gobierno de Durango, para la cual faltan tres años. La saña con que se actuó contra el notario Rendón, es otra muestra más de la estrategia.

Torreón es otra cosa, otro ambiente, otras circunstancias. Para empezar, la ciudad más poblada de La Laguna ha vivido ya la alternancia (Lerdo también, sólo Gómez Palacio no sabe qué es eso). Desde 1996, donde Jorge Zermeño se convirtió en el primer alcalde de oposición, se ha vivido con alcaldes de los dos partidos dominantes. Junto con Zermeño han gobernado Guillermo Anaya y José Ángel Pérez; por el PRI, Salomón Juan Marcos y el actual presidente, Eduardo Olmos.

La alternancia también se ha traducido en elecciones más cerradas desde entonces, de igual forma los contendientes tienen sus características propias que harán de la elección del presidente municipal de Torreón la contienda más reñida. El PAN presenta a Jesús de León, quien es el elegido por Guillermo Anaya, dominador de su partido, como candidato. Miguel Riquelme es el elegido del gobernador Moreira, y el impresentable Raúl Sifuentes es el gallo del partido Movimiento Ciudadano.

Esta semana el ambiente electoral ha dado ya la primera nota de la semana. El PRI supo cautivar a Luis Gurza Jaidar, hijo de una institución del panismo local, el ingeniero Edmundo Gurza, para que renunciara a su militancia de 13 años en el partido azul. Argumentando que ya no coincidía con lo que se ha convertido el PAN en Torreón, Gurza Jaidar hizo pública su renuncia a su partido, pero no se ha atrevido a hacer de la misma manera su sumisión y apego al gobierno del Estado y al probable gobierno municipal de Miguel Riquelme.

Razones para marcharse del PAN puede aducir muchas, pero la realidad es que Luis Gurza, como muchos políticos jóvenes panistas, encontraron desde el año 2000 (el efecto Fox) un medio de subsistencia mucho más generoso que el trabajo en la iniciativa privada. De tener un despacho contable y luego participar en una incipiente empresa de alimentos, a Director de Planeación en la administración de Guillermo Anaya, luego ocupar una curul en el Congreso estatal y finalmente ocupar las delegaciones de Reforma Agraria y de Sagarpa en Coahuila; obviamente son otro nivel de percepciones.

Con la salida del PAN del Gobierno federal, y con la pérdida de la presidencia municipal, las opciones de trabajo para los panistas se redujeron al mínimo, y Luis Gurza ya no recibió puesto alguno, ya que sus pretensiones fueron desdeñadas por su ex líder, Anaya Llamas. Gurza cuando fue diputado, tuvo contacto cercano con el hoy gobernador Rubén Moreira, y creó un puente que ahora ha decidido cruzar. José Máynez había hecho lo propio hace tiempo, porque también Anaya lo había relegado.

La campaña de Miguel Riquelme sabe que ha asestado un golpe moral al panismo, se ha llevado a un hijo de una leyenda. Pero lo ha hecho por la vía fácil, a través de la promesa de un sueldo de regidor o quizá con alguna dirección municipal, pero nada más. Difícil que un chaquetero de esas características suba más, Gurza es un medio para golpear a Anaya.

No se puede condenar la decisión del hoy ex panista, pues al final tiene que llevar el sustento a su hogar, como casi todos, y tal vez sea un llamado para Guillermo Anaya entienda que debe ser más equitativo a la hora de repartir la prebendas y canonjías que obtiene su grupo, porque Gurza no es el primero que se le va por esos motivos, y quizá eso alebreste la gallera para destronarlo del liderazgo de su grupo político, como él se lo hizo a Jorge Zermeño.

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