Un incremento "vertiginoso" del número de mujeres en prisión se refleja en casos de presas que duermen en el suelo, además de que sufren trato indigno y sin atención para sus hijos, señala un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitado por la Cámara de Diputados.
El ombudsman Raúl Plascencia Villanueva genera propuestas para revertir las condiciones indignas en que viven las mujeres en las cárceles en México, que competen a los gobernadores, al jefe del Gobierno del Distrito Federal y al comisionado nacional de Seguridad, y que pueden ser atendidas con aumentos en las asignaciones presupuestales y medidas de control sobre autoridades penitenciarias.
Una investigación de la CNDH documenta deficiencias y carencias materiales, médicas en perjuicio de las mujeres presas en las cárceles del país, en las que se reporta hacinamiento, sobrepoblación, que se compartan espacios con hombres.
En los maltratos destacan aislamiento como medidas disciplinarias discrecionales y ocurren prácticas en que se obliga a reclusas a desnudarse al ingreso y en revisiones, incluso en juzgados.
Las Islas Marías, que en el pasado fue un centro de reclusión en el que se aplicaron programas de rehabilitación y estancia apropiada a la sentencia, ahora la CNDH prende "focos rojos" por violaciones a los derechos humanos de las mujeres.
Las mujeres en prisión se encuentran en una situación de vulnerabilidad, desde el hecho de que las cárceles han sido construidas sin atender las necesidades femeninas. "Muchas mujeres carecen de servicio médico general y especializado", y las madres viven en reclusión con 377 menores, quienes carecen de atención apropiada.
Son para mujeres de los 418 centros de reclusión
Hay en la cárcel, número que se ha incrementado 175%, en 15 años
Está privada de la libertad por procesos del fuero común; el resto es por la persecución de delitos federales