El caso Cassez está a punto de convertirse en el rompimiento de la luna de miel de Enrique Peña Nieto con los mexicanos. Los aplausos y la buena prensa generados por un discurso de toma de posesión impecable, un gabinete de alto nivel, pensado y equilibrado hasta el detalle, duraron menos de los previsto. La resolución de ayer de la Corte que liberó a la ciudadana francesa condenada por secuestro le está costando a la presidencia mucho más de lo imaginado.
Por más que intentaron que no se viera la mano de la Presidencia de la república en la resolución de la Corte, hoy por hoy no hay quien crea que no fue una operación política del presidente. La liberación de la señora Cassez fue una decisión de Estado. Se calculó que el costo de liberarla era relativamente menor con respecto al beneficio de restaurar la relación con Francia, uno de los diez países realmente importantes para nuestra política exterior. Es cierto, para México la república francesa es mucho más que una relación económica, es sobre todo cultural e identitaria, algo que los panistas nunca vieron ni sopesaron.
El poder Ejecutivo planteó el asunto y el Judicial lo operó, de una manera poco clara y muy desaseada. La construcción del dictamen de resolución sobre la marcha hizo que se le vieran las cuerdas el títere. La inmediata reacción de Peña en Twitter en la que sólo decía que respetaba la decisión de la Corte, pero no planteaba una mínima solidaridad con las víctimas, lejos de ayudar sólo confirmó la mano del Presidente en la decisión.
Para colmo, estuvo tan mal operada, que nadie pactó con el gobierno francés y con la misma liberada que no bailaran el Touch down y permitieron que la señora pasara de victimaria a víctima con absoluta impunidad.
Lo que no calcularon fue la indignación social que esto provocaría. Muy probablemente, como suele ser el discurso desde los pasillos de Palacio, consideraron que éste sería una tema de círculo rojo, y quizá en la parte técnica jurídica sí, lo que se les olvidad es que el círculo rojo perméa a la sociedad. Un asunto se convierte en tema de opinión pública cuando se instaura en las conversaciones de sobremesa de las clases medias, y en estos últimos días la no ha existido otro tema en las clase media mexicana.
El mal manejo del affaire Cassez puede convertirse en la primera caída de Peña Nieto, en el primer desencuentro real con la sociedad. El costo será mucho más alto del que pensaron los asesores, si es que lo pensaron.