Indudablemente de que después de la crisis del 2008 y no obstante la incertidumbre que continua en el mundo sobre las perspectivas económicas, se tienen que hacer consideraciones positivas y negativas; por una parte se ve mas factible para el próximo año que Europa pueda dejar atrás la recesión que se ha venido atenuando y al unísono Estados Unidos muestra signos de reactivación, lo cual esto último siempre repercute de una manera puntual en nuestro país.
El aspecto negativo es recordar que en Estados Unidos aun no se define el techo de apalancamiento ya que como sabemos quedó pendiente de resolverse definitivamente para los primeros meses del próximo año, lo cual no es un asunto menor ya que de ello depende las posibilidades de crecimiento de la economía mundial y hay que recordar que hace unos meses por este motivo mundialmente se estaba viviendo una posibilidad inédita de una de pronósticos alarmantes y que después muy fácilmente se olvidan.
También hay que tener presente de que la segunda mayor economía del orbe que es China tiene pendiente de aplicar una reforma económica que abarca tanto al sector industrial, tecnológica y los mercados financieros al mismo tiempo, ir resolviendo el problema social de las ciudades que han progresado aceleradamente pero en cambio quedan rezagos de millones que habitan en zonas rurales y que tarde o temprano exigirán una mayor atención a sus problemas por lo que el Gobierno Central a pesar de su omnipotencia tendrá que afrontar.
Lo mismo sucede en el caso de Japón en donde a pesar de que ha venido creciendo y recuperando su economía , los analistas están inquietos en el sentido de que hay indicios de una probable desaceleración ya que el gasto en infraestructura está fallando y por lo tanto hay el riesgo de que el crecimiento de este país pierda impulso. Por lo que se refiere a Europa no hay necesidad de extenderme por las consideraciones que hice al principio y que quedan pendientes de que cristalicen las acciones que se han tomado en el rescate de las economías regionales en cada caso.
En lo que se refiere a nuestro país y como lo pronostiqué en artículos anteriores la Reforma Hacendaria y la Energética estaban forzosamente enlazadas a pesar del ánimo optimista del Gobierno Federal por las Reformas que estaban presentándose al congreso. En primer término la euforia del sector oficial por la Reforma Hacendaria ha venido a menos en virtud de la inconformidad de diversos sectores que se han expresado a través de los organismos que los representan en el sentido de que está mal planeada ya que es solo recaudatoria y no necesariamente lo que se requiere; en lo personal opino que todo depende de las repercusiones y posibilidades de enmiendas que se puedan lograr pero lo lamentable es que dicha repercusiones negativas vuelven a afectar como siempre principalmente a la clase media que cada día se va deteriorando engrosando el sector informal y por otra parte sin logros para rescatar a la clase mas desprotegida que sigue creciendo innegablemente.
La Reforma Energética está iniciando una cuenta regresiva en los inevitables enfrentamientos entre la clase política, también lo había plasmado en mis escritos anteriores en donde comenté que principalmente en Pemex la decisión histórica que se tome afecta la idiosincrasia y cultura en nuestro país nos guste o no ya que la misma, está en muchas manos; estamos viendo que tanto en las diligencias del PAN y el PRD tienen que enfrentar el divisionismo entre las diversas corrientes que políticamente ya existen pero que con el tema energético se van a incrementar. El PRI y el propio Gobierno tienen muy claro que se está abriendo un espacio de trabajo político y legislativo ante la apuesta del Pacto por México que puede tambalearse y modificar la agenda económica y política del actual sexenio.
En lo económico hay expectativas que indican que estamos saliendo de la desaceleración pero en este aspecto en lo personal prefiero esperar resultados tangibles y no asegurar sin bases sólidas que esto suceda; por otra parte es inevitable mencionar que es lamentable y muy pobre el crecimiento que el Gobierno y analistas del Sector Privado están pronosticando 1.3% ya que conocemos que será insuficiente para satisfacer las necesidades de la sociedad.
