DOGMATISMO ECONÓMICO
Al iniciar el nuevo sexenio presidencial que encabeza Enrique Peña Nieto, es indudable como sucede en todos los inicios de cada gobierno de nuestro país, que la población en general espera con un buen ánimo que la situación que prevalezca vaya encaminada hacia una mejoría en general sobre todo en estas épocas de tanto escepticismo; el Gobierno federal está en su luna de miel y lo importante es concretar rápidamente algunas de las promesas o planteamientos que ya se presentaron.
Estamos hablando de la intención de impulsar las reformas en materia de petróleo e hidrocarburos, reforma fiscal y laboral así como la referente a educación pública que en estos días de inmediato se tensan las relaciones con el SNTE, lo cual era de esperarse y que es uno de los termómetros para medir la verdadera intención de atacar los centros monopólicos de poder que siempre han existido en nuestro país, a pesar de los cambios en la dirigencia del gobierno en los últimos dos sexenios.
México viene aplicando políticas adecuadas como la disciplina fiscal, tasas de interés liberalizadas, apertura comercial y diversas reformas que a su vez provienen de otras reformas y que finalmente no se concretan en su totalidad y que impiden un crecimiento continuado y a pesar de ello nos ha permitido tener fundamentos económicos fuertes en los fundamentales de la economía mexicana y con la esperanza de que dichas reformas se puedan concretar lo que permitiría no sólo la consolidación de parte nuestra sino además, continuar atrayendo capitales al país sobre todo en inversiones fijas.
Predecir 2013 es bastante complicado, dependemos también de las situaciones externas que son todavía muy brumosas, no se puede predecir -al menos en mi opinión- cómo se comportarán tanto la economía estadounidense a pesar de haber librado el famoso precipicio fiscal y de igual manera la respectiva crisis en la dividida Europa; por lo anterior se tendrá que continuar bajo la expectativa de riesgos y cambios imprevistos como dijo un prestigiado analista "el problema de estar al límite es que, a veces, se llega a otro lado de lo que se previó" .
Lo que hemos aprendido con las nuevas crisis es que la política y la economía van de la mano y que el colapso al que nos enfrentamos en su momento mundialmente fueron producto de fallas en las decisiones tomadas tanto por los gobiernos como por las propias instituciones financieras.
PROPUESTA MONETARISTA
Los monetaristas propusieron desregular, liberalizar y privatizar grandes partes de la economía controladas entonces por el Estado, una disminución del impuesto a la renta, contratos más flexibles y salarios más variables para estimular al sector privado como se dijo en el pináculo de la globalización "la libertad económica y la libertad política son parte de un mismo todo". Hoy hemos vivido la intervención de los gobiernos una y otra vez para salvar a los bancos y a algunos gobiernos mediante la inyección de recursos que en otra época hubiera sido inimaginable.
En uno de mis artículos en el año anterior, inserté la hipótesis de que para concretar el crecimiento y solvencia económica en nuestro país es necesario un compromiso de todos los protagonistas de nuestro país, en virtud de la hipoteca social que mantenemos vigente en México que ha sido lastimado por la pobreza, la desigualdad social, la violencia y la ausencia del Estado de derecho; no se puede soslayar lo anterior si consideramos que a pesar de mantener finanzas saludables es verdaderamente preocupante las recientes declaraciones del subsecretario de Desarrollo Social a nivel federal licenciado Javier Guerrero, en el sentido de que la pobreza extrema se había incrementado en nuestro país y esto sin duda representa una cruda realidad y un enorme compromiso para todos nosotros, pero principalmente para el propio gobierno cuya gestión apenas inicia y Enrique Peña Nieto ya formalizó sus propuestas con El Pacto por México y que tiene que enfrentar y solucionar con todos los partidos políticos comprometidos en el mismo, antes que el destino nos alcance a todos.