Hay muchos datos muy fuera de lo común dentro de lo que se conoce como la escuela de Fráncfort, que fue un instituto de investigación sociológica que surgió haya por los años veinte y treinta en Alemania y que posteriormente tuvo que emigrar a los Estados Unidos, para regresar a Alemania después de que los nazis fueron derrotados para continuar con sus programa de investigaciones.
La primera curiosidad es que este instituto, de tendencia marxista, fue fundado por un millonario: Felix Weil, y muchos de sus miembros pertenecían más bien a las clases altas que a las medias o a las bajas.
El segundo dato curioso es que casi todos eran judíos, por lo tanto sufrieron en carne propia la persecución nazi y la diáspora a un país que no era el más apto para que ellos desarrollaran su ideología marxista.
A final de cuentas Max Horkheimer se quedó a la cabeza de centro del centro de investigación y apoyándose principalmente de otros dos investigadores, como Adorno y Pollok ( este último menos conocido que los demás) pretendió desarrollar los estudios sociológicos que en el transcurso del tiempo se convirtieron en la teoría crítica y que en los sesenta afectó mucho a las juventudes europeas.
La pretensión era realizar una investigación muy vasta que implicara a muchas ciencias que se pudieran coordinar para resolver el problema social. Intentan combatir el idealismo para llegar a aterrizar la teoría en una práctica que pudiese realizar una sociedad más humana, donde la libertad pudiese darse.
Horkheimer, siendo la cabeza, intentaba darle dirección a los estudios tratando de que no hubiera desviaciones hacia los objetivos determinados. Sobre todo, su preocupación era que la corriente ideológica no influyera tanto en su relación con las universidades donde se movían, sobre todo en su estancia en los Estados Unidos, ya que su interés no era el político sino científico, cosa de la cual se cuidó mucho para no ahuyentar a las posibles instituciones que pudieran apoyarlos para realizar sus estudios.
Por otro lado, el férreo control de director del instituto le provocó distanciamientos con algunos investigadores, como fue el caso de Eric Fromm que bien conocemos nosotros por sus libros y la difícil relación con otros como con Herbert Marcuse que también conocen los de mi generación por libros como El Hombre Unidimensional.
Aparte de las personas mencionadas, hubo relación con otros personajes como Walther Benjamin y hasta colaboraron con Lazarfeld en algunas investigaciones sobre medios de comunicación.
De adorno, aparte de ser un investigador social y filósofo era músico, sobre todo en el campo teórico y tiene muchos textos sobre este tema. Es interesante conocer sus teorías sobre todo para acercarse a la comprensión de la música contemporánea clásica como el sonido doce de Schoenberg (perdón si no está bien escrito) que era un músico que Adorno admiraba.
A fin de cuentas, lo que este instituto intentó desarrollar fue una vasta investigación partiendo de la sociología y que después intentó fundamentarse en un punto de vista filosófico, con el fin de hacer crítica a la sociedad en la cual vivimos para intentar definir cuáles serían los verdaderos fundamentos de una sociedad humana.
A final de cuentas no lo consiguieron. En el sesenta y ocho, sobre todo Horkheimer no participó con los movimientos estudiantiles pues esa no era su pretensión; aún así, las ideas desarrolladas por su grupos , sin lugar a dudas, fueron de vital influencia para lo que pasó en aquellos tiempos, cuando aún se pensaba que las cosas pudieran ser mejor.
Muchos de sus libros se pueden conseguir y es bueno acercarse a ellos aunque muchos de sus conceptos sean difíciles de seguir, sobre todo si no se tiene la costumbre de leer textos filosóficos. Lo importante es que esta fue una generación que intentó enfrentarse con el problema social con el fin de entenderlo, en principio, y vislumbrar otras formas de poder ser.
Tal vez lo que nos haga falta son grupos con tales intenciones, de cualquier ideología, que se acerque a la comprensión del problema humano y del problema social.