Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

ENSAYO SOBRE LA CULTURA

José Luis Herrera Arce

La reforma educativa

No sé exactamente a qué se refieren con eso de la reforma educativa, pero siempre que se habla de ello, y vaya que ya llevamos muchos decenios reformando la educación, lo que resulta, a muchos nos parece peor que lo que estaba antes porque los estudiantes no demuestran saber más, ni siquiera en el campo tecnológico; y los niveles que antes se tenían terminando la primaria ahora ni siquiera con la preparatoria se conquistan. El índice de la lectura anda por los suelos y los problemas que agobian al país se quedan sin solucionar, a pesar de que proliferan las maestrías y los doctorados.

Para principio de cuentas, se asiste a la escuela no para saber sino para obtener un título porque éste supone abrir más puertas profesionales; con lo que tiene por consecuencia que se producen más profesionistas de todos los tipos, creándose una competencia que provoca la caída de los salarios a los que un profesionista puede aspirar. Dígalo si no, los doctores que de un tiempo acá han abaratado sus consultas ligándose a una farmacia que los contrata, con lo que ha venido a caer el prestigio del médico general cuando antiguamente era éste, precisamente, el que tenía prestigio sobre todo en las familias que confiaban en él. Otro caso, los licenciados de todos tipos que han ido a desplazar en los bancos a las secretarias que antiguamente ejercían el puesto de cajero y lo hacían bien. Y así podríamos recorrer algunas otras licenciaturas que se han venido abaratando porque su campo laboral se encuentra muy competido, a pesar de tantas reformas habidas y por haber.

Lo primero que deberían de preguntarse las autoridades correspondientes y los ideólogos es qué tipo de ciudadano es el que pretende y deberían de poder definirlo públicamente para que no hubiera equivocaciones; me temo que no las hay, a partir del neoliberalismo lo que se quiso fue la producción de mano de obra barata, por eso se producen tantas sin que importe su calidad. En la situación de libre mercado, lo que ofreció nuestro país fue precisamente gente que ocupara lugares en la industria cuyos capitales vendrían de fuera, quienes serían los encargados de imponer un sistema de producir dentro de los lineamientos mundiales. Siendo el patio del gran capital creíamos que nos iba a ir bien. Los chinos nos ganaron el mercado porque ellos son más; nos quedamos como ellos, nomás mirando; sin la industria supuesta que iba a venir de fuera a invertir en nuestro noble país, el problema del desempleo prevalece. ¿Para qué fuentes de trabajo estamos educando?

El punto de partida está mal. Definir al hombre como un sujeto que produce, es quedarse corto con la definición del hombre (el hombre faber); lo mismo que si afirmamos que es un ser que consume y su felicidad la alcanzará a través del consumismo. El hombre es algo más. Se ha dejado a un lado los principios éticos, porque, no me cansaré de repetirlo, el sistema en que estamos se basa en el principio del dejar hacer y del dejar pasar y ahí estorba la ética de cualquier tipo. Sin ética no hay ley que se quiera atacar porque la única que vale es la del más fuerte. (Los delincuentes dejan hacer dejan pasar porque quieren tener a toda costa y es lo único importante, lo demás pueden sacrificarlo, hasta la dignidad).

El hombre tiene otras necesidades que el sistema ha ido aniquilando con el tiempo. El hombre tiene aspiraciones estéticas, pero éstas dan risa, sobre todo a los medios de comunicación masiva, la llamada industria cultural, que en pos de los dividendos le preocupa poco las calidades. Si el remake les deja, se van con el puro remake (telenovelas) y un negocio que debiera ser creativo se vuelve insulso y repetitivo hasta el cansancio. (Pero deja lana, qué más da).

Los conceptos patria y sociedad han perdido todo su significado. La patria la confundimos con políticos y nos sentimos traicionados, como sacerdote se confunde con religión y nos volvemos a sentir traicionados. Ya no podemos creer en eso, como tampoco en la democracia, que confundimos con negocio de políticos; entonces, hacemos mutismo y nos aislamos.

Al terminar el proceso educativo el alumno deberá… ¿qué? eso es lo que no me queda claro. El hombre deberá ¿qué?... más bien ¿quién lo va a decir y a realizar?, ¿un sindicato que soporta el autoritarismo sindical? ¿Un maestro quien ni siquiera posee una biblioteca porque tampoco a él le importa el conocimiento, sino la chamba? ¿Quién lo va a decir? Un partido cuyos integrantes son oportunistas y no se entregan al bien común sino al interés particular? ¿Una Universidad que vendió sus objetivos a los intereses de la industria y el comercio? ¿De dónde va a salir el diseño del hombre nuevo? No lo sé, mientras eso no se tenga decidido pienso que las reformas son coyunturas que alguien aprovecha a su favor, por el solo hecho de diseñar cosas diferentes por las cuales se puede cobrar bien.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 836594

elsiglo.mx