En Veracruz, se ha expedido la ley a favor del derecho de los animales. Aparte de prohibirse los espectáculos donde se suponga el tomento para ellos como los toros, la pelea de gallos o las carreras de equinos, también se prohíbe para jalar cualquier tipo de vehículos en la ciudad, como carretas, carretones, calandrias, etc. (Sólo es posible utilizarlos, para eso, en el campo lo cual ya supone una ley que no es ecuánime; en el campo los animales no tienen los mismos derechos que en la ciudad. No sé si la ley alcanza a evitar que en la producción de leche y de huevo, con el fin de hacerlos más productivos, se les dé a consumir sustancias que pueden ser tóxicas para su propio consumo o para el humano, eso no lo supe; ojalá, porque eso de explotar a una gallina ponedora o a una vaca lechera haciéndola producir más de lo animalmente normal, es injusto. Pienso que una ley como ésa no prosperaría en esta región donde hasta se sacrifica el agua en aras del consumo lácteo. Una hormona de más o de menos para obtener tremendas pechugotas, qué mal puede hacer a la humanidad.
Segunda, en Nuevo León se han concedido las llaves de la ciudad a Jesucristo con lo que supongo se avecina una era de justicia, paz y prosperidad. Si hay sinceridad, por lo pronto, se verá eso de repartir los panes y los peces para que nadie se quede sin comer, comenzando por los viejos y por los niños. Después, el seguro social y el seguro popular se humanizarán aboliendo la necesidad de tener que levantarse a las cuatro de la mañana para ir a perder 4 horas de espera y alcanzar cita, y esperar otras tantas para que te reciba un doctor que pagas por medio de tu sueldo; y lo mismo, vía impuestos, los que deben de pagar lo harán en beneficio de las obras comunitarias, haciendo caso al repartir lo que tienes y tomar la cruz. Por fin, en una parte de la república, se harán realidad las enseñanzas del maestro, lo de si tienes dos pantalones des uno al que no tiene, dar de comer al hambriento, de beber al sediento; no juzgar porque nadie está libre de pecado. Lejos de mí está pensar que eso fue un acto demagógico o darle poder a una institución que no lo necesita porque su función no es tener poder. Dejemos al tiempo que diga lo que resulta de esta hazaña; que no vayan a resultar judas con amor a los denarios.
Tercera hazaña política en Coahuila, se hace una comisión cultural ciudadana con once miembros. O sea que a el Instituto Estatal de Cultura y al Municipal de Cultura y al Instituto Nacional de Bellas Artes, y al Conaculta se le agrega uno más que no se sabe si sus miembros van a cobrar honorarios o qué. De lo que se quejan es de que no hay dinero y mire usted, lo hay para mantener un consejo para regular a los institutos que no tienen dinero para hacer.
Bueno también dicen que fueron elegidos y no sé por quién. Se supone que por los que están ligados a los quehaceres culturales, yo le pregunté a un amigo mío que tiene relación con un centro cultural y dijo no saber nada. Suponía que yo estaba relacionado con la cultura por escribir esta columna, por tener 8 libros publicados, o haber ganado algunos concursos literarios, por tener un programa radiofónico de literatura, pero resulta que no me invitaron para votar en esto de elegir a los miembros de este consejo. No importa, lo importante es que se hagan las cosas como antes se hacían; mínimo publicar libros. Antes se llegaban a publicar hasta diez libros al año, ahora, no hay dinero y cuando lo hay, pues los que se mueren o los que están cerca son los publicables. Los demás, nos conformamos con mandarles a nuestros cuates copias por Internet, o como siempre se ha hecho, pagar nuestras publicaciones. (Hablo de la literatura).
Yo no sé qué pensar de los políticos. Al hombre que vivía de su carreta para recoger escombro o podar árboles, en Veracruz, se le quita su medio de vida. La historia que ha mostrado lo conveniente de separar lo del César y lo de Dios, se ignora. Y aquí se crean consejos cuando te dicen y redicen que no hay dinero para que los que existen, funcionen. ¿Los entiendes? Yo no.
Y en la Ciudad de México, los sensibles senadores se dan hasta por debajo de la lengua para manejar los presupuestos y sacan a la luz las irregularidades. Y eso que son del mismo partido. El pueblo, con hambre, y sin esperanzas.
