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Ensayo sobre la cultura

Los hombres que se lanzaron

José Luis Herrera Arce

Colón era un marinero, y por las influencias de su época, estaba convencido de la redondez de la Tierra. Anduvo de un lado a otro intentando convencer a los reyes de su época del financiamiento de un viaje de exploración para comprobar la teoría. Si triunfaba, se iba a poder encontrar, según esto, una ruta más corta hacia el oriente con los beneficios comerciales que esto significaba.

La situación política en Europa no estaba para bollos. Portugal, bien que mal, controlaba la ruta por África y le iba bien. España, apenas comenzaba a ser España, pues los musulmanes aún poseían la parte sur y los diferentes reinos se estaban unificando. Inglaterra y Francia tenían sus propios problemas; así es que, financiar aventuras fantásticas no estaba en la agenda. Colón debía de ser paciente para encontrar quien se interesara en su proyecto. Lo fue. Por fin consiguió ser escuchado por Isabel, y ella, una vez terminado su pleito con los musulmanes, se aprestó a financiarle tres carabelas con las que el marino se lanzó al mar.

Aunque no le fue muy fácil conseguir marineros arrojados a quienes les entusiasmara navegar por lo desconocido, se hizo a lo desconocido. Con una fe inquebrantable, marcó su ruta, y esperó el paso de los días para ver si llegaba a alguna parte.

De Colón se dicen muchas cosas que no fueron buenas en su actuación; debemos de recordar que esta persona no era un santo. Lo primero que se sabe es que no decía la realidad de la distancia navegada, a pesar de la desesperación de los marinos, que muchos se fastidiaron e intentaron volver. La segunda fue que se apoderó de un premio prometido al primero que viera tierra. Se lo adjudicó. Puede ser criticado por ello, nadie es perfecto, mas debe ser admirado por su empecinamiento para conseguir el éxito en su propósito. Se abrió la ruta del mar océano Atlántico y el posterior desarrollo de la civilización.

Agradecidos, agradecidos, los hombres nunca lo son lo suficiente. ¿Cómo le fue a Colón? Realizó cuatro viajes, pero tuvo que batallar con los reyes para que le otorgaran lo prometido, al final de su vida fue encarcelado, porque como siempre sucede, detrás de él vinieron todos los codiciosos quienes no arriesgaban mucho para enriquecerse.

Colón tampoco resultó muy bueno como gobernante. Lo suyo era la navegación; hoy diríamos la investigación. Sus pecados los pagó en vida y la proeza quedó para la historia.

Hoy, nos guste o no, somos los herederos de esa aventura. Vivimos en el continente Americano: (lo ven, el continente ni siquiera tiene el nombre de su descubridor. El del nombre es otro, cuyo mérito fue ser dueño de los mapas que hicieron ver a Europa haberse topado con un continente del cual ni siquiera sabían su existencia). A nadie le podemos echar la culpa de lo que nosotros hemos hecho con nuestra tierra, o hemos dejado que se haga, o seguimos dejando. La historia se construye a diario y en cada época hay que poner su parte.

La proeza de Colón se junta a muchas otras proezas, a la de Cortés, a la de los hombres que pensaron en la democracia, Montesquieu, Rosseau, a las de todas las luchas sociales, Independencia, Reforma y Revolución, nos trae hasta nuestra situación actual donde nos toca responder.

Es muy fácil criticar a los hombres del pasado. A Colón y a Cortés los difamaban para quedarse con los beneficios de su obra, (a eso se dedicaban personajes como Chirinos, Pedrerías, Nuño de Guzmán). A los reyes les convenía creer en las difamaciones porque así sus bolsillos no debían deshacerse de los premios prometidos. La codicia a todos los niveles fue el origen del caos como lo sigue siendo ahora.

Nuestro país está lleno de codiciosos. Hemos dejado de tener confianza en nuestras instituciones debido al fracaso social, económico y político en el que estamos inmersos. No hay un camino claro hacia el futuro. La máquina del impuesto se ha hecho funcionar y los servicios se han disminuido y otros se ponen en peligro, pero no está clara la razón por la que esto suceda. Debemos pagar más y vivir peor. Sólo ciertas castas se aprovechan del trabajo.

Maestros, anarquistas, políticos millonarios, desempleo, decepción. Es octubre, Colón, el mes de la raza, entre septiembre y noviembre, Independencia y Revolución; si hasta el imperio vecino se está desmoronando.

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