No lo entiendo. Pertenecemos al tipo de sociedad donde la libertad es un valor irrenunciable. El mundo libre, exclaman, la libertad de empresa y de muchas cosas más; pero hoy se ponen paternalistas, y el paternalismo consiste en decidir por el menor de edad, creando dependencia por considerar que tiene incapacidad de decisión, lo cual contradice la teoría del mundo libre.
Somos gordos y entonces nos han de obligar a ser flacos. Gravan con impuesto los productos que según ellos nos engordan para que no los compremos o paguemos caro su adquisición. Es una manera de castigarnos, como antes nos han castigado el vicio de fumar y hasta el vicio de utilizar el automóvil y no caminar.
Son creativos para eso de gravar con impuestos los productos más inverosímiles; como antes, se pensaba se podían gravar las puertas y las ventanas o el aire mismo. El chiste es encontrar un modo de sacar dinero, porque eso es de lo que se trata, de sacar más dinero, ya que al Estado Mexicano le resulta insuficiente el que hasta hoy puede manejar. El petróleo no le basta; más, más, siempre se puede pretender más. ¿Razones?
Van a crear el seguro de desempleo. Se ponen guapos queriéndose mostrar como personas del primer mundo, cuando ni siquiera la jubilación de los trabajadores lo tienen seguro. Como algunos ciudadanos nos hemos vuelto desconfiados, eso del dichoso seguro sólo va a dar pie de que se puedan realizar fraudes, o reparticiones indebidas entre los allegados a los políticos; o se va a generar un clientelismo de zánganos que representen votos pagados con el sudor de la frente de los que sí trabajan. Eso es lo que ha pasado con las otras reparticiones, que los jefes de manzana de cuadra y demás apuntan a sus allegados y familiares y dejan afuera a los que no están con ellos. El gobierno de la gente reportó una deuda de la cual nadie se hace responsable y lo que se pretende irá por el mismo camino.
El asunto está mal planteado. La obesidad no es el principal problema del país, nomás recordemos que hasta algunos políticos renombrados son muy obesos y no por eso dejan de ser productivos. (Lo han vuelto tema de la agenda "setting").
Nuestro principal problema es la falta de empleos. Si hay un impuesto para afectar la venta de un producto, entonces conscientemente se está actuando en contra de esa actividad empresarial, con lo cual va a ser más difícil, primero su crecimiento, y luego, la subsistencia. Seguramente, por ese lado no habrá creación de fuentes de trabajo.
Otro grave problema es la inseguridad, y reforzando una sociedad compuesta por desempleados, caemos más en el peligro de producir inseguridad. Una cosa lleva a la otra.
La obesidad tiene más variables que combatir la ingesta de refrescos y no solucionará el problema. Se come mal desde que las personas dejaron de comer en su casa y han tenido que alimentarse en la calle. Dejaron de hacerlo en su casa cuando cambiaron a los horarios corridos ("Time is Money"), dejaron de comer en su casa cuando la madre de familia se liberó y empezó a trabajar, y como no tiene tiempo, se ha desentendido de inculcar buenos hábitos alimenticios en sus hijos.
A lo anterior, le debes de agregar que ahora, alimentos que antes eran considerados como sanos y buenos para los niños, resulta que no lo son. Ejemplo: el cereal. Lo cual indica que hace falta una reeducación en los hábitos alimenticios en lugar de usar el impuesto sin ton ni son. Y le seguimos agregando, la cultura del maíz sufre la producción de las horrendas tortillas, insufribles cuando son recalentadas. Si tanto interesa nuestra alimentación, ya le hubieran puesto remedio a eso. Y así podemos seguir enumerando muchísimas causas más, lo cual indica la falta de un estudio serio sobre la mala nutrición del mexicano.
Pero nuestros legisladores no andan en busca de estudios serios ni nada que se le parezca. Andan en busca del dinero, porque con ello se pueden hacer promoción, crear más partidos inútiles o repartir con fines clientelistas. Ya se dice, el poder y el dinero son las razones suficientes por las que algunos se manejan.
Si les preocupara la comida chatarra, ya hubieran combatido también la chatarra con la que alimentan nuestro espíritu y nuestra cultura. (Ahí sí, el estado libre según Mills, dejar hacer y dejar pasar).
Nuestros legisladores ¿nos representan?