Presentación del libro: Referentes identitarios de los laguneros. (Segunda parte)
Autores: José Luz Ornelas López, Hilda Georgina Hernández Alvarado, Blanca Chong López, José Alfredo Morales Pérez, Roberto López Franco.
A partir de ahí, se dan las expresiones de los usos y costumbres que se materializan muchas veces en las fiestas particularísimas de la región: una de ellas la reliquia, que tiene fundamentos religiosos, y que sin embargo, en manos de los particulares, se vuelven expresiones de barrio o de familia que van más allá del culto, o que lo convierten en un culto particularísimo.
En una entrevista publicada por la doctora Blanca Chong, se dice: "El gusto que nos da es que viene mucha gente a compartir lo que nosotros estamos agradeciendo a la virgen".
En otra: "Yo pedía mucho a San Juditas que me ayudara a cuidar a mis hijos porque estaban muy chiquitos, que eran dos. El mayor tenía cinco años y Efrén tenía un año".
Otra más: Tengo al Divino Niño Jesús el 20 de julio. A él, le hacemos una fiesta infantil con piñata, bolos, pastel y ensalada la mayoría de las veces".
Reproduzco una cita del mismo artículo:
"En sociedades donde la vida de las mayorías está sujeta a miseria y persecución, la gente busca consuelo de sufrimientos y frustraciones en su práctica religiosa, y a todas las manifestaciones de la cultura nativa, económica, sociales, políticas, o filosóficas, las impregna el pacto con las fuerzas extraterrenales". (Cit. En Salles 75).
Y si no es ese pacto, lo serán otras expresiones, como la entrega a un equipo deportivo que le ha venido dando valor al hecho de ser de la Comarca Lagunera y pretexto que nos sirve para dejar fluir lo que en otro lugar y tiempo se reprime:
Cito a José Alfredo Morales: "El juego ha iniciado. Las restricciones quedaron atrás, el ritual se ha cubierto. Tal parece que es mejor retomar aquella frase filosófica de prohibido prohibir, porque mientras se pueda proferir insultos al jugador foráneo, local, a la porra contraria, al aficionado en general, todo irá bien".
Nuestra identidad se va conformando con estas pequeñas partes de un gran rompecabezas. Expresiones que simbolizan nuestro ser, lo que somos o lo que queremos ser, y que como es obvio, también aterrizan en el arte, en este caso, en la poesía, según lo subraya el doctor Ornelas. El sentimiento lírico expresa a la región. Él cita a algunos autores que hablan sobre la región y sobre el desierto. Pienso que está por hacerse una antología vasta sobre este tema. Algunos poetas están en el olvido. Cito a Rafael del Río (no citado en el libro): "¡Canto al desierto, canto su misterio! / Es una austera, dura maravilla / una difícil, áspera belleza; es como una raíz oculta, ausente".
"La luz en él aumenta sus espejos, / la soledad su agreste melodía, / el tiempo su desnuda, ácida arena; / sin memoria, inmortal, el aire esplende...".
Hace pocos días, un alumno me afirmaba que las viejas generaciones de escritores, como la de Cauce, no habían impactado a la región. Yo le mostré mi desacuerdo. Ahora lo confirmo porque aquellos autores se vuelven a retomar. En el libro vienen citados.
Pero lo mismo puede afirmarse en todas las demás artes, la novela, el teatro y la pintura. La región ha puesto su sello particular en ellas y se encuentran por ahí desperdigadas y es necesario recuperarlas porque también son parte importantísima de nuestra identidad; sobre todo, para que los jóvenes comprendan que el mundo no nació con ellos; lo heredaron y lo van a heredar. De ahí su responsabilidad. Nuestra cultura se hace a base de herencias.
Felicito efusivamente a los autores de este libro. En éste, se encuentra el génesis de futuras investigaciones; esto no es más que la punta de un iceberg que se está por descubrir.
Me despido de ellos aportando dos cuartetas muy malas de un verso mío que se me quedó perdido en el tiempo:
"Lejos nos queda la mar / Cerca las olas de arenas / Somos la orilla de un río / Que áridos surcos abreva".
"El sol en el horizonte / Surge una mar de tierra / Los nopales son las barcas / Remadoras con sus velas".
Gracias.