El PRI ganó las alcaldías de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, sin embargo en los dos primeros municipios los resultados fueron cerrados. De ahí que Miguel Riquelme y José Miguel Campillo deben estar conscientes que los ciudadanos exigirán resultados y serán vigilantes de su desempeño. Por su parte, Luis de Villa no puede confiarse en su amplio margen de victoria, ya que una cosa es la estructura priista y otro el sentir de la población.
Desde el 2006, a nivel nacional, son más frecuentes las elecciones cerradas. Sin duda la sociedad cada vez es más exigente con los políticos. Premia cuando se gobierna bien, pero también castiga cuando se siente insatisfecha con el actuar de los gobernantes. La voz ciudadana cada vez se escucha más fuerte y los políticos no pueden permanecer sordos a ella.
El alto nivel de abstencionismo nos habla por un lado del hartazgo que hay en la sociedad de la clase política, y por el otro que los programas de los institutos electorales para motivar al voto han sido ineficaces. La organización de una elección es muy cara para que sólo salga a votar el 50 por ciento del electorado, de ahí la necesidad de diseñar estrategias que motiven a la población a participar.
Tras los resultados de la jornada electoral, el PAN de la Comarca Lagunera debe reflexionar sobre los motivos de la derrota. Las divisiones internas fueron clave para perder la elección en Torreón y en Gómez Palacio. Jorge Zermeño nunca apoyó a Chuy de León, tampoco Jorge Calero se sumó a la campaña de Augusto Ávalos. Esta actitud sin duda vuelve evidenciar que el interés particular está por encima del bien común o de partido.
Es importante destacar que Miguel Riquelme y Chuy de León dieron muestras de civilidad al dejar la guerra sucia a un lado, lo que no ocurrió en Gómez Palacio. Además de que Riquelme reconoció a su contrincante panista, mientras que De León en un discurso conciliador hizo un llamado al priista para que fuera un buen alcalde. Sin duda la actitud de ambos dignifica la política.
Generación de empleos, arsénico en el agua, rescate urbano, finanzas sanas y transparentes, mejores servicios primarios, son algunos de los retos que enfrentarán los nuevos alcaldes, quienes están obligados a trabajar de manera coordinada con una visión metropolitana. La Laguna ha sido muy golpeada en los últimos años, de ahí que las nuevas administraciones estén obligadas a dar resultados pronto y no escudarse en el argumento de la curva de aprendizaje.