El estudio de la pintura involucra a quien se adentra en la investigación en una interesante búsqueda, ya que incluye no sólo la apreciación de la obra en su composición, la paleta de colores que el autor utiliza, o el tipo de pincelada que está plasmada en la obra. Esto lleva a indagar en la biografía del autor las circunstancias sociales del la época que transcurría en el momento que se llevó a cabo la pintura y también las situaciones privadas, que son las que nos permiten tener un panorama más amplio de la significación del cuadro.
Gran parte de la información de carácter privado del autor brinda una perspectiva del proceso creativo desde la vista de quien hizo el cuadro. Y es un marco referente muy valioso para el análisis de la producción artística. El gran detalle es que este tipo de información es complicado recopilarla, y más aun cuando se trata de una investigación de la cual han transcurrido muchos años de la producción o incluso que el autor ya haya fallecido.
Sin embargo, existen maneras en que se puede recabar dicha información, una de ellas es recurrir a la correspondencia personal; como el caso del pintor Vincent Van Gogh, quien mantuvo correspondencia con su hermano menor Theo, quien se encargaba de solventar los gastos que Vincent tenía. Las cartas que le envió muestran una faceta diferente a la del hombre que se asocia al ver únicamente los impactantes cuadros de Van Gogh.
Esto lleva no sólo al investigador, sino también a aquellas personas que disfrutan de observar las obras de arte, a tener varios focos de atención al ver el "Trigal con cuervos" o "La casa amarilla" en especial este segundo cuadro, es retratado en varias ocasiones por Vincent en las cartas que le mandó a su hermano, y trata "su casa amarilla" con un cariño que es posible reconocerlo por la forma en que habla de ella. Los planes de hacer una especie de lugar de encuentro de artistas ahí y lo que significa fundar una comunidad de artistas en su casa, lo que nos lleva a darle un alcance más completo y emotivo que el sólo apreciar el contrastante cuadro.
La correspondencia que mantenían los hermanos Van Gogh ha sido compilada en un libro en el cual se aprecia la estrecha relación que mantuvieron desde que Vincent partió de su ciudad natal hasta el día en que murió. Por su parte, en la figura de Theo resalta la actitud paternal con el que se mostraba hacia su hermano. Theo podría ser considerado no sólo el soporte financiero del pintor, sino también el soporte emocional. Es interesante cómo después del suicidio de Vincent, Theo sólo le sobrevivió un par de meses, y las implicaciones hipotéticas que esto conlleva. Además de que las cartas reflejan una parte del estado anímico de Vincent el cual compaginado a sus cuadros conjuga una referencia compleja de la vida de este pintor.
Cartas que por su naturaleza personal incitan a ser tratadas de manera cuidadosa. Sin embargo, son clave fundamental de un nuevo entendimiento de la pintura, además en el carácter literario es un tipo de lectura que hace referencia al entorno sensible de las personas. Resulta usual que este tipo de documentos particulares se conviertan al dominio público, casos de este tipo incluyen también el diario de Ana Frank, por citar otro texto de esta condición. Pero la gran riqueza de este material reside en el sentimiento plasmado por puño y letra del autor, la parte más humana y cotidiana que puede ser contrastada con la imagen que se formó después de que sus obras fueran vendidas en cuantiosas cantidades y que distan de la persona que realmente las pintó.
